Las políticas monetarias por la inflación crean el peor escenario para estos fondos Muchos inversores se han visto sorprendidos por las pérdidas del dinero depositado en fondos de renta fija debido a la coyuntura económica. De hecho, en 2022 vivieron el peor año de su historia. La caída de su rentabilidad llegó al 8% de media durante ese año, según indica el director de estudios del Observatorio Inverco, José Luis Manrique. Bajaron, además, a la par que la bolsa, lo que solo ha ocurrido en tres ocasiones desde 1950. Y no es un mal menor, teniendo en cuenta que los españoles tienen 101.000 millones de euros en estos fondos, en su mayoría a largo plazo. Entonces, ¿por qué tienen pérdidas mientras que la inversión en letras de renta fija son tan atractivas?
En estas circunstancias calificadas de extraordinarias, sale a la luz la creencia errónea de pensar que invertir en renta fija es hacerlo sin riesgos. «Se cree que tiene una rentabilidad fija pero en realidad solo es un juego de palabras», cuenta Javier Santacruz, vicepresidente de la AEPF.
El motivo principal de la bajada de los precios radica en el endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales para contener la inflación, que mantiene una subida constante de los tipos de interés. El 16 de marzo, fue el Banco Central Europeo (BCE) el que hizo el último aumento -el sexto consecutivo-, hasta el 3,5%, después de una década de excepción con tipos negativos. Y esto afecta directamente al beneficio que se puede obtener de los bonos en los que se ha invertido con anterioridad a la subida.
Adrià Morron, economista de CaixaBank Research, explica que eso ocurre porque existe una relación inversa entre el precio de un bono y su tipo de interés, lo que implica que, cuando los tipos suben, el precio de los bonos baja y aquellos que los tienen en su cartera pierden valor. «Esto se debe a que se podrían emitir bonos de las mismas características a los ya emitidos a un mejor tipo, lo que hace que caiga el precio de los que ya existían», señala un experto en inversiones de uno de los principales bancos en España. Pero estos efectos en los fondos de renta fija no han frenado la inversión. En el último año, han tenido un incremento de casi 6.000 millones de euros depositados.
En definitiva, la renta fija no es fija, sin embargo las letras del Tesoro son una excepción. Cuanto mayores son los tipos, mayor beneficio se consigue. Y estas están dando alegrías a los inversores con una rentabilidad mayor al 3%.
Sortear las pérdidas Los fondos que han tenido un mejor comportamiento en estos tiempos son los de deuda pública española e italiana, los bonos de mayor calidad crediticia y la deuda corporativa, según los expertos. «También los fondos que están relacionados con el dólar», sostiene Víctor Álvargonzalez, experto de la firma de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.
Pero la subida de tipos no afecta a los nuevos partícipes, sino todo lo contrario. «Aquellos que aprovechen la subida de tipos para comprar fondos de renta fija serán los que verán una rentabilidad más positiva porque poco a poco se van a recuperar las pérdidas», añade Manrique. De hecho, en los dos primeros meses del año ha habido una recuperación del 0,3% de esa rentabilidad.
Oportunidad de rebote Noticias relacionadas
Los expertos señalan que era previsible que en algún momento iba a llegar una corrección monetaria fruto de numerosos años de tipos negativos, pero lo que no se podía calcular era la virulencia. A aquellos que no lo pudieron ver venir, se les recomienda dejarse aconsejar por asesores y esperar hasta que las pérdidas se recuperen, sin abandonar su posición. «Cuando ya se han producido todas las pérdidas nunca es buena idea salir, porque se pierde la oportunidad de rebote», añade Santacruz.
Rodrigo Buenaventura, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), alertaba este mismo mes de que «el precio de los instrumentos de renta fija, por mucho que pudiera parecer a inversores poco avezados, no es fijo y menos aún en productos con horizontes temporales largos y en momento de expectativas de incremento de las curvas de tipos de interés».
