El escenario político está abierto y la principal incógnita de la noche electoral del 18 de febrero en Galicia no es si el Partido Popular de Galicia (PPdeG) ganará, sino si logrará una nueva mayoría absoluta que le permitan seguir liderando la Xunta como en los últimos 15 años. Las encuestas apuntan que los populares superarán la barrera de los 38 escaños para gobernar en solitario (ahora tienen 42), aunque podrían sufrir un ligero descenso que ponga en jaque la suma.
Tanto la media de los sondeos como el CIS otorga un crecimiento del Bloque Nacionalista Galego (BNG) respecto a las elecciones de 2020 (ahora tienen 19), asegurándose una segunda posición por delante del Partido Socialista de Galicia (ahora tienen 14).
El promedio de todas las encuestas publicadas apunta que el PP encadenaría una nueva mayoría absoluta con 40 escaños, lo que significa que perdería dos diputados respecto a las elecciones de 2020. El BNG alcanzaría los 20 diputados, uno más que las últimas elecciones, mientras que el PSOE continuaría con los 14 parlamentarios de cuatro años atrás. Sumar arañaría un asiento en el futuro Parlamento de Galicia.
Sin embargo, la encuesta del CIS, publicada el 5 de febrero, sostiene que Rueda no tiene garantizada la mayoría absoluta porque la izquierda podría formar una mayoría alternativa gracias al empuje del BNG.
Así, el PP obtendría 34-38 representantes; el PSOE, 13-15; Sumar, 0-1 y Democracia Ourensana se mantiene en la duda de si obtendrá un escaño. Vox y Podemos se quedarían fuera de la Cámara autonómica.
Estimación de escaños. / EPC
El partido liderado por Rueda mantendría la posibilidad de conservar la mayoría absoluta, mientras que el PSOE es el que acusa un mayor desgaste, de modo que cualquier alternativa de izquierda pasaría por un BNG que se ve muy reforzado.
Si el PP logra la mayoría, no necesitará aliados para gobernar, pero a tenor de las encuestas la suma entre el BNG, PSdeG y Sumar está por ver si logra los 38 diputados en total para desbancar a los populares.
