“Se acabó(en español, “se acabó”). Esas palabras fueron utilizadas por Alexia Putellas y otras campeonas de la Copa Mundial Femenina de la FIFA en las redes sociales justo antes de que todas ellas anunciaran que no volverían a jugar con la selección nacional si el liderazgo actual se mantenía. El domingo por la noche, #SeAcabó estaba en las camisetas del equipo de fútbol masculino de Sevilla y era un hashtag utilizado por la ONU, el gobierno de España y los atletas de todo el mundo para mostrar su apoyo a la selección española. #SeAcabó también fue utilizado por mujeres que hablaron sobre el abuso y el acoso que habían experimentado.
Futbolistas, políticos, cantantes y gente común se solidarizaron con Jenni Hermoso, la delantera estrella que recibió un beso no deseado en los labios de su jefe, el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, durante la ceremonia de entrega de trofeos del Mundial. Como dijo Hermoso, fue “la gota que colmó el vaso”.
El equipo dijo “se acabó” después de que un asediado Rubiales despotricara contra Hermoso, el “flagelo” del “falso feminismo”, la vicepresidenta española, la ministra de Igualdad, los periodistas y el lenguaje inclusivo. Rubiales también afirmó que tocarse los genitales tras el triunfo ante Inglaterra fue un gesto de apoyo al entrenador de la selección (en realidad no es un gesto normal en España, y se disculpó por hacerlo estando junto a la reina y su hija de 16 años). -hija mayor). Todo esto ocurrió luego de que él y su equipo presionaron a Hermoso y su familia, dieron una versión de los hechos que ella calificó de “categóricamente falsa” y denunciaron en radio en vivo como “tonto” y “imbécil” a cualquiera que lo criticara. Las reverberaciones continúan. Hoy, las autoridades anunciaron una investigación preliminar por abuso sexual.
“Se acabó” tardó mucho en llegar, después de años de quejas públicas y privadas. En 2022, 15 jugadores se negaron a jugar en el equipo luego de confrontar al entrenador, Jorge Vilda, por su planteamiento, en medio de acusaciones de bullying, pero no lograron destituirlo. Rubiales calificó a los jugadores de “extorsionadores” y “mocosos”, y 12 de ellos no fueron seleccionados para el Mundial. Años antes, los jugadores habían denunciado el comportamiento del anterior técnico, Ignacio Quereda, que se vio obligado a dimitir en 2015 tras 27 años en el cargo entre denuncias de comportamientos denigrantes.
Finalmente, esta vez fue diferente. Compañeros masculinos, entrenadores y patrocinadores apoyaron al equipo. En estadios de todo el país se escucharon cánticos pidiendo la renuncia de Rubiales. Líderes políticos de izquierda a derecha condenaron las acciones de Rubiales y pidieron que dimitiera en una inusual muestra de consenso. Incluso el líder de la extrema derecha apoyó los pedidos de dimisión de Rubiales.
En España nunca vimos con el #MeToo lo que estamos viendo ahora con #SeAcabó. Los periodistas descubrieron abusos, ya que algunas mujeres se atrevieron a hablar en plantas de recolección de fresas, universidades, laboratorios científicos y teatros de ópera, pero el impacto no fue el mismo que en Estados Unidos. Las personas que sufrían abusos eran muy reacias a hablar y la atención de los medios de comunicación a esas historias a menudo era escasa.
Las marchas del Día de la Mujer atraen a millones cada año (particularmente en 2018). Pero no habíamos visto una reacción tan universal ante una historia en particular.
En 2015, Vero Boquete, una jugadora estrella en ese momento, concedió una entrevista a El País después de que miembros del equipo femenino escribieran una carta abierta sobre Quereda, de quien se decía que había pellizcado el trasero de las jugadoras y las había regañado con comentarios como “ Necesitas un hombre macho” o “Necesitas un chile en el culo”. La primera pregunta de aquella entrevista fue: “¿No es una cobardía publicar una carta ahora?”
¿Por qué esta vez es diferente? Por tres razones. En primer lugar, se trata de un grupo de mujeres talentosas que han pasado por pruebas profesionales y tragedias personales. En la victoria, finalmente fueron lo suficientemente poderosos como para hablar y ser realmente escuchados.
En segundo lugar, la sociedad ha cambiado. En el caso de España, este cambio ha sido acelerado por los líderes políticos, tanto hombres como mujeres. Todavía existen paneles exclusivamente masculinos, las corporaciones están dominadas por hombres y los líderes de los medios de comunicación rara vez son mujeres. Pero nuestras leyes de género se encuentran entre las más avanzadas de Occidente, y España obtiene mejores resultados en el índice de igualdad de género de la ONU que Estados Unidos y el Reino Unido debido a un mayor porcentaje de mujeres en el parlamento y una menor tasa de mortalidad materna y de natalidad adolescente.
Un tercer elemento clave son los buenos reporteros. Muchos han publicado artículos sobre Rubiales y su comportamiento durante años. Uno de los momentos clave de la semana ocurrió cuando Relevo –un pequeño sitio de noticias deportivas para jóvenes propiedad de Vocento, una cadena de periódicos conservadora, mayoritariamente regional– publicó un artículo diciendo que Hermoso estaba siendo presionado para apoyar a Rubiales mientras la federación hacía sus palabras en un comunicado.
Estos hechos y el estallido de conmoción e indignación en todo el país empujaron al primer ministro en funciones de España, Pedro Sánchez, a actuar. Sánchez inicialmente dijo que Rubiales necesitaba “tomar más medidas”, al tiempo que enfatizó que la federación de fútbol no estaba controlada por el gobierno. Ahora el gobierno está utilizando todas las palancas que tiene para destituir a Rubiales, y la FIFA lo ha suspendido mientras continúa investigando el caso.
Sea como sea que termine esta historia, el equipo que ganó la Copa del Mundo ha demostrado un coraje que seguirá inspirando a mujeres y hombres en España y más allá. La elección es difícil y la gente la está tomando. ¿Quién no preferiría parecer una mujer victoriosa y aclamada que un hombre agarrándose la entrepierna?
- María Ramírez es periodista y directora adjunta de elDiario.es, un medio de comunicación español.
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