‘Succession’ en la vida realUn magnate colérico y decadente que insulta a sus hijos en público y no confía en ellos para pasarles el relevo. Un imperio mediático que se desploma y una tecnológica que aparece como un bote salvavidas envenenado. Sexo como símbolo de poder, peleas entre hermanos, la invalidez del padre… Se trata de los Redstone, menos conocidos por su apellido que por su empresa: la Paramount, el segundo estudio más antiguo de Hollywood, fundado en 1912. Pero si este relato parece extraído del guion de la aclamada serie ‘Succession’ (HBO) es porque esta ficción es también un cuidadoso retrato de las luces – y sobre todo las sombras– de esas fortunas familiares forjadas en el siglo pasado que entran en colisión no solo con la forma de hacer negocios sino también con los valores y la cultura corporativa de nuestros días.
De ‘Succession’ se dijo que estaba fundamentalmente inspirada en Rupert Murdoch, artífice de News Corporation, un conglomerado que incluye ‘The Wall Street Journal’ en EEUU o ‘The Times’ en Reino Unido, y propietario también de Fox News. Sin embargo, en el caso de los Redstone y la Paramount, además del número de ficciones con las que han entretenido al público en el último siglo (‘El Padrino’, ‘Indiana Jones’, ‘Titanic’), su última mejor obra es en la que han sido protagonistas y no productores: el libro ‘Unscripted: La épica batalla por un imperio mediático y el legado de la familia Redstone’, un explosivo relato de no-ficción en el que los periodistas del New York Times James B. Stewart y Rachel Abrams destripan las afrentas familiares de esta saga.
Líos de faldasSumner Redstone, accionista mayoritario del imperio hasta su muerte, era conocido por sus abusos verbales y vejaciones públicas a sus dos hijos, cual Logan Roy en ‘Succession’. Tanto es así que su primogénito, Brent, terminó por desentenderse de él y de todos los negocios familiares. Se compró un rancho aislado (como Connor Roy) y ni siquiera volvió para el funeral de su padre. En cambio, su hija, Shari, sí acudió a su auxilio al final de sus días cuando, anciano y enfermo, no podía andar, ni hablar, ni dirigir la empresa. Sumners se recluyó en su mansión con solo dos personas de su confianza que supuestamente estaban contratadas para cuidarle y asistirle. Pero, según el libro de los periodistas del New York Times, la hija empezó a sospechar que estaban tratando de aprovecharse de su padre y de apoderando de la empresa.
Al enterarse Shari del complot, decidió enviar a su hijo para averiguar qué pasaba. Tampoco es que los nietos tuvieran oportunidad de desarrollar el cariño hacia el abuelo: al contrario, Sumner estuvo hasta el último de sus alientos presumiendo de mujeriego por las alfombras rojas, y algunas de esas chicas habían sido previamente la pareja de sus nietos. Hizo correr la leyenda en Hollywood de que era el hombre que le levantaba las novias a sus nietos, y eso le gustaba. Pero en su lecho de muerte, Shari volvió, trató de mantener el control de la empresa, de conseguir el reconocimiento profesional y el afecto del padre. Sin embargo, cuenta el libro que después de que el patriarca muriera, Shari, cual Shiv Roy, preguntó a uno de los consejeros más próximos a su padre, “¿Crees que de verdad me quiso?”. Después de todo, ni siquiera consiguió esa certeza.
Fusión envenenadaA Shari le llegó uno de los mayores momentos ‘Succession’ hace apenas unas semanas cuando, en julio, se anunció la fusión de Paramount con Skydance, una productora de nueva generación, que además de cine hace videojuegos. David Ellison, de 41 años (equivalente al gurú ‘techie’ Lukas Matsson en la serie de HBO), es hijo del multimillonario de la tecnológica Oracle, dinero con el que fundó Skydance en 2006. Se fue metiendo en Paramount poco a poco, colaborando en la producción de películas tan taquilleras como ‘Top Gun 2: Maverick’, ‘Misión imposible: Protocolo fantasma’ y ‘Star Trek: En la oscuridad’.
Esta inyección económica salvavidas llega en medio de un tumultuoso cambio de liderazgo: el último director general fue sustituido por una ‘oficina del CEO’, una extraña fórmula de directiva de tres cabezas que también probaron los tres hermanos de ‘Succession’, Kendall, Roman y Siobhan Roy – sin éxito. Cambiará incluso de nombre: se llamará New Paramount, dejando a la ‘vieja’ Paramount en una suerte de reliquia ‘vintage’. Es el fin de décadas de reinado en Hollywood de los Redstone, con la familia desperdigada, los valores obsoletos y el dinero en manos de una incierta deriva tecnológica.