La Unión Europea llegará a la Conferencia del Clima de Naciones Unidas (COP28), que arranca a finales de mes en Dubai (Emiratos Árabes Unidos), con un nuevo compromiso en la maleta para luchar contra el calentamiento del planeta: un acuerdo político a nivel europeo para reducir las emisiones de metano del sector energético en Europa y en las cadenas de suministro globales. El pacto, que todavía deberá ser refrendado por Consejo y Parlamento Europeo, es una pieza clave del Pacto verde europeo para reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % de aquí a 2030.
“Representa una contribución crucial a la acción climática ya que el metano es un poderoso gas de efecto invernadero, sólo superado por el dióxido de carbono en su contribución general al cambio climático y responsable de un tercio del calentamiento climático actual. Reducir las emisiones de metano nos ayudará a alcanzar los objetivos climáticos de la UE”, ha celebrado la vicepresidenta de transición ecológica en nombre de la presidencia de turno de la UE, Teresa Ribera. “El metano era un punto débil en nuestra estrategia climática. Ya no lo es”, ha destacado el liberal francés y coponente del informe de la Eurocámara, Pascal Canfin. “Iremos a la Conferencia de Dubai con las manos llena”, ha añadido la coponente Jutta Paulus.
El nuevo reglamento, propuesto por la Comisión Europea en diciembre de 2021, introduce por primera vez nuevos requisitos, con plazos y frecuencias concretas, para que los sectores del petróleo, el gas y el carbón midan, informen y verifiquen las emisiones de metano, e implementen medidas de mitigación para evitar dichas emisiones, incluida la detección y reparación de fugas de metano y la limitación de la ventilación y la quema. La norma también incluye instrumentos de seguimiento global para garantizar la transparencia sobre las emisiones de metano procedentes de las importaciones de petróleo, gas y carbón a la UE.
Programa de detección y reparación Por ejemplo, los operadores de los sectores afectados deberán presentar un programa de detección y reparación de fugas de metano a las autoridades nacionales pertinentes nueve meses después de la fecha de entrada en vigor de la normativa y realizar un primer estudio de detección y reparación de fugas de los sitios existentes en un plazo de 12 meses. También estarán obligados a reparar o reemplazar todos los componentes que presenten fugas de metano por encima de ciertos niveles inmediatamente después de que se haya detectado o a más tardar cinco días después. El acuerdo incluye asimismo la prohibición de la ventilación y quema de metano desde las estaciones de drenaje, que liberan metano a la atmósfera, para el año 2025 y desde los pozos de ventilación para 2027, con algunas excepciones. Además, obligará a los Veintisiete a establecer un inventario de pozos inactivos o abandonados y a establecer planes de mitigación.
En cuanto al carbón, el pacto recoge el compromiso a medir e informar continuamente de las emisiones de metano procedentes de las minas subterráneas en funcionamiento y de las minas a cielo abierto. Los gobiernos también deberán establecer un inventario público de las minas cerradas o abandonadas en los últimos 70 años y medir sus emisiones, excepto las que lleven más de 10 años inundadas. El texto apunta que la quema se prohibirá a partir de 2025, la ventilación a partir de 2027 en las minas de carbón que emitan más de 5 toneladas de metano por kilotonelada de carbón extraído y a partir de 2031 las que emitan más de 3 toneladas. Mientras tanto, la ventilación y la quema en minas cerradas y abandonadas estarán prohibidas a partir del 1 de enero de 2030. Por último, los importadores de petróleo, gas y carbón también tendrán que demostrar a partir de 2027 requisitos equivalentes de seguimiento, presentación de informes y verificación a nivel de producción.
La UE forma parte del Compromiso Global de Metano cuyo objetivo es reducir las emisiones globales de metano en al menos un 30 % con respecto a los niveles de 2020 para 2030, lo que podría eliminar un calentamiento de más de 0,2 °C para 2050. Hasta el momento más de 150 países se han compromiso a reducir este tipo de emisiones que proceden de una amplia gama de sectores, incluida la agricultura, los residuos y la energía, que son responsables del 53%, 26% y 19% respectivamente de las emisiones de metano de la UE, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.