Señal a los mercados. El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, ha adquirido 500.000 acciones de la entidad a 2,05 euros, un nivel de cotización que no alcanzaba desde 2015. Tras esta adquisición en plena oferta de compra hostil (opa) del BBVA, Oliu cuenta de forma directa e indirecta ya con un paquete del 0,14% del capital, por un valor a los precios actuales de 15,59 millones, según la comunicación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En la entidad afirman que esta decisión «refuerza su compromiso con el proyecto de la entidad».
La inversión se realizó el pasado 24 de julio en una sola operación, y tras dicha adquisición, Oliu posee 7,8 millones de acciones de Banco Sabadell, de las que 2,5 millones se articulan a través de una sociedad y las 5,3 millones restantes, a título personal. Oliu ya remitió una carta a los accionistas en la que advertía de las lagunas que, a su entender, afectan a la información proporcionada por el BBVA. El consejero delegado, César González-Bueno, por su parte, destacó en la presentación de resultados del segundo trimestre que «hay un montón de cosas que no están claras» en esta opa.
Desde el banco, que está desplegando una intensa actividad contra la opa del BBVA que se suma a la de entidades y organizaciones del tejido económico y social, recuerdan que el valor de las acciones del Sabadell se ha multiplicado por seis veces en los últimos tres años y medio, mientras que solo en lo que va de año sus títulos acumulan una revalorización que supera el 80%. «La entidad se sitúa a la cabeza del Ibex 35 y destaca igualmente entre los bancos europeos con mejor comportamiento en Bolsa», argumentan.
El Sabadell, coincidiendo con la presentación de resultados del primer semestre, anunció que prevé repartir 2.900 millones de euros en 2024 y 2025, lo que equivale a un total de 53 céntimos de euro por acción, un 27% de la capitalización bursátil de la entidad. «Esta remuneración supone más que triplicar los 846 millones de retribución de los últimos dos años», destacan.
El primero de los pagos se realizará el próximo octubre y consistirá en un dividendo a cuenta en efectivo de 8 céntimos por acción, lo que implica un desembolso total de 429 millones de euros. Esta cuantía es un 33% superior a los dos dividendos en efectivo pagados en el ejercicio anterior y apenas representa el 15% de la remuneración estimada para dos años. El consejo de administración determinó que repartirá el 60% de los beneficios del ejercicio actual, «cumpliendo así con su política de distribuir entre el 40% y el 60% del beneficio (pay-out)». La entidad desvincula estas decisiones de la opa y asegura que las tomó antes de la misma y con el objetivo de reducir el exceso de capital por encima del 13%.
Como consecuencia de las críticas a la operación y la fusión que propugna el BBVA, a la que se opone también el Gobierno, BBVA argumenta que la concentración bancaria no tiene por qué reducir la oferta de crédito, especialmente a las pymes.
A su vez, según análisis internos de la entidad, el nuevo banco solo sería primero en las provincias de Barcelona, Alicante, Melilla y León. En cambio, un informe elaborado por la Autoritat Catalana de la Competència (ACCO), que carece de competencias sobre la operación, incide precisamente en el riesgo de una excesiva concentración en el territorio.