La madre del asediado jefe del fútbol español, Luis Rubiales, supuestamente se encerró en una iglesia en el sur de España y declaró estar en huelga de hambre por lo que describió como la “cacería inhumana y sanguinaria” de su hijo.
La decisión de Ángeles Béjar de encerrarse en una iglesia del siglo XIX es el último giro de una saga que ha afectado a España durante la última semana después de que su hijo de 46 años agarrara por la cabeza a la delantera española Jenni Hermoso y le plantara un beso. en sus labios durante la ceremonia de entrega de medallas de la Copa del Mundo.
Mientras el vídeo del beso provocaba revuelo en España y en todo el mundo, Rubiales prometió permanecer como presidente de la federación española de fútbol. El sábado, la FIFA anunció que lo había suspendido provisionalmente por 90 días, ordenándole a él y a la federación que se abstuvieran de cualquier contacto con Hermoso y sus allegados.
La madre de Rubiales se había encerrado en la iglesia de la Divina Pastora de la ciudad de Motril, decidiendo permanecer allí con su hermana tras la marcha del párroco, informó este lunes la agencia Efe.
Béjar dijo que planeaba permanecer en la iglesia “indefinidamente, día y noche”, y agregó que se había declarado en huelga de hambre hasta que se encontrara una solución a lo que calificó como la “cacería injustificada, inhumana y sanguinaria” de su hijo.
El gesto de Rubiales y su conducta en los días posteriores a la victoria de la Roja en el Mundial han sido condenados por políticos que van desde el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez –que describió el beso como un “gesto inaceptable”– hasta un portavoz del conservador Partido Popular. Los clubes de fútbol más poderosos del país, desde el Real Madrid hasta el Barcelona, también han criticado el comportamiento de Rubiales.
El viernes, Rubiales buscó retratar el beso como consensuado, alegando que le había pedido a Hermoso si podía darle un beso y que ella le había respondido “OK”.
‘No dimitiré’: Luis Rubiales se niega a dimitir como presidente de la Federación Española – vídeoHermoso rechazó posteriormente cualquier sugerencia de que el beso fuera consentido. Calificó las palabras de Rubiales como “categóricamente falsas” y dijo que la “conversación no se produjo”.
Dijo que la situación la había dejado sintiéndose “vulnerable y víctima de agresión”. En su comunicado calificó el beso como “un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte. En resumen, no me respetaban”.
La declaración de Hermoso se produjo horas después de que Rubiales arremetiera contra el “falso feminismo” y lamentara lo que calificó de “asesinato social”. La federación dijo más tarde en un comunicado que Rubiales buscaría «defenderse legalmente» para demostrar «su total inocencia».
Hablando el lunes, su madre tocó la misma nota. “¿Por qué se desquitan con él?” preguntó a Efe. Pidió al público que comprenda su difícil situación, argumentando que este tipo de situación le puede pasar a cualquiera.
Describió a su hijo como “incapaz de lastimar a nadie” y respaldó su visión de lo sucedido durante el beso. “No hay abuso sexual ya que hay consentimiento de ambas partes, como lo demuestran las imágenes”.
La semana pasada, Rubiales se encontró en el centro de nuevas acusaciones de misoginia después de que la directora general del sindicato de jugadores Futbolistas ON, Tamara Ramos, alegara que Rubiales le había hecho comentarios obscenos cuando trabajaban juntos en la asociación de futbolistas españoles, incluso preguntando qué color era su ropa interior.
Las acusaciones han sido negadas rotundamente por la Federación Española de Fútbol.