El suspense y la preocupación por su desaparición se han terminado, pero continúa el misterio. Una excursionista encontró el domingo restos del cadáver del niño francés Émile, de 2 años, desaparecido el pasado mes de julio en los Alpes franceses. Después de su rápida identificación por las fuerzas de seguridad, ese hallazgo casual puso punto final a más de ocho meses de búsqueda. Aún se desconocen, sin embargo, los motivos por los que se perdió el rastro del pequeño mientras jugaba en el jardín del domicilio de sus abuelos en el pueblo de Haut-Vernet (centro-este). ¿Se trata de una muerte accidental? ¿O hay motivos criminales?
El cadáver fue localizado en una zona «difícil, muy escarpada», según la GendarmeríaUn centenar de gendarmes han rastreado este lunes la zona donde hallaron su cadáver, cerca de la localidad alpina de Haut-Vernet, con unos pocos centenares de habitantes, pero con una extensión de un centenar de hectáreas. Buscan pruebas que expliquen lo que le sucedió al pequeño Émile. La excursionista encontró su cadáver en un área «difícil, muy escarpada», según la Gendarmería. La mujer llevó una parte del esqueleto a la comisaría. El hecho de que el cadáver fuera transportado dificulta, en parte, las investigaciones científicas de los agentes. Estos pretenden determinar las causas de su muerte y si el cuerpo fue transportado o pereció en el lugar donde lo hallaron.
Ocho meses de investigación sin resultadosLa última vez que sus abuelos estuvieron con este niño rubio con rostro angelical fue el 8 de julio. Dos habitantes aseguraron haberlo visto pasadas las cinco de la tarde mientras andaba solo por una de las calles del pueblo. Después de que avisaran sobre su desaparición, las fuerzas de seguridad hicieron un amplio despliegue para encontrarlo. Utilizaron drones, helicópteros con cámaras térmicas, perros rastreadores… Numerosos voluntarios se ofrecieron para participar en la búsqueda. Todo ello fue en balde.
Ocurrida en julio, la desaparición de Émile se convirtió en un suceso con repercusión nacional e incluso internacional. Este espectáculo mediático se vio alimentado, asimismo por el perfil de la familia, católicos tradicionalistas. Además, el abuelo es víctima y testigo en otras dos investigaciones policiales. Incluso hubo médiums que viajaron al pueblo en aras de hallar al niño desaparecido gracias a sus visiones. Y todo ello lo grababan y retransmitían en Tik-Tok.
“Examinamos todas las hipótesis”Aunque el hallazgo del cadáver ha acabado con este circo amarillento, permanece el interrogante sobre las causas de la desaparición y la muerte. “De momento, seguimos examinando todas las hipótesis”, explicó Marie-Laure Pezant, portavoz de la gendarmería. Se valora tanto la posibilidad de un fallecimiento por motivos accidentales tras haberse perdido en esa zona boscosa como de un homicidio voluntario o involuntario. Tampoco se puede descartar que un lobo, un águila u otro tipo de animal acabara con su vida. “No es seguro que descubramos las causas y las circunstancias de su muerte”, ha reconocido Pezant en declaraciones a la emisora de radio France Info.
De hecho, el lugar donde hallaron el cadáver había sido rastreado el pasado verano por los agentes. Aunque la probabilidad resulta ínfima, no es imposible que los rastreadores pasaran de largo ante el cadáver en medio de la naturaleza. Los encargados de la investigación también han explicado que podría haberse desplazado allí a causa de las lluvias y vientos o bien por la acción de animales. Y examinan ahora su cráneo en busca de posibles pruebas de los motivos de su muerte.
“Ha llovido muchísimo en Francia (…) y el cráneo puede haberse movido” debido a fenómenos naturales y que esto haya modificado su aspecto, ha explicado Dominique Rizet, experto en temas policiales, en declaraciones a la cadena BFM TV. La naturaleza puede ser un obstáculo para resolver el misterio de Émile.