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El camino hacia una economía europea próspera, resiliente, dinámica, innovadora y democrática pasa por buscar el equilibrio económico y la diversidad en lugar del monopolio, escriben Max Bank y Olivier Hoedeman.
Un espectro acecha a Europa: el espectro de una competitividad menguante. Todo el mundo en Bruselas habla de ello.
Y por todo lo que hemos oído hasta ahora, la próxima Comisión Europea pondrá la competitividad en lo más alto de su agenda política.
Por lo tanto, es probable que el informe de Mario Draghi sobre el futuro de la competitividad europea, que se publicará en junio, tenga un enorme impacto en el mandato de la próxima Comisión y en el futuro de la UE.
Como organizaciones de la sociedad civil europea, tenemos graves preocupaciones sobre este informe y las expresamos la semana pasada en una carta abierta a Mario Draghi y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
¿Impulsado por la industria?
La falta de transparencia y acceso en la elaboración de este informe es profundamente preocupante.
Draghi se ha reunido con representantes de la industria, como la Mesa Redonda Europea para la Industria y los Negocios Europa. Y aunque se celebró una reunión con los sindicatos, muchos grupos de la sociedad civil no fueron consultados.
Además, funcionarios gubernamentales de los estados miembros se han quejado de la falta de acceso. Sin embargo, un informe de esta importancia debe elaborarse sobre una base mucho más transparente y accesible para que sea percibido como legítimo y apoyado por la sociedad europea en general.
Además, la filosofía general que Draghi expuso en su discurso en La Hulpe el 16 de abril ha suscitado más preocupaciones. Para varios sectores, como defensa, energía y telecomunicaciones, propuso permitir la consolidación del mercado para ayudar a Europa a ser más competitiva en los mercados mundiales.
Esto permitiría que la concentración del mercado aumentara aún más en Europa, perjudicando a los consumidores, trabajadores y pequeñas empresas europeas y, en realidad, socavando nuestra competitividad.
Conduciría a una situación en la que los llamados “campeones europeos” serían subsidiados improductivamente con dinero público mientras se sacrifican importantes objetivos sociales, económicos y ambientales en beneficio de los accionistas de estas empresas dominantes.
Se avecina la amenaza de una agenda monopolista
Dar prioridad a los estrechos intereses de las grandes corporaciones sobre el interés público no es una estrategia de desarrollo económico aceptable ni viable.
En resumen, Draghi y von der Leyen deberían considerar dar a la sociedad civil una mayor voz sobre el contenido y las recomendaciones del informe y revelar todas sus reuniones con grupos de interés.
Está mal adoptar una agenda política estrecha impulsada por los intereses de los gigantes corporativos. Al final, el camino hacia una economía europea próspera, resiliente, dinámica, innovadora y democrática pasa por buscar el equilibrio económico y la diversidad en lugar del monopolio.
Max Bank es investigador y activista en LobbyControl, y Olivier Hoedeman es investigador y activista en Corporate Europe Observatory. En Euronews creemos que todas las opiniones importan.
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