Vuelve a Málaga el próximo 12 de julio y lo hace con el mismo disco con el que hace un año puso el cartel de completo en el Teatro Cervantes, ‘Las ventanas de mi alma’. ¿Están en la segunda ronda?
La verdad es que es sorprendente y halagador poder volver a una misma ciudad en tan poco tiempo. Esta es la continuación de la gira y tiene aspectos diferentes, es decir, no hacemos exactamente lo mismo aunque sea el mismo disco. Cuando acabamos los 55 conciertos, vimos que queríamos más. Además, teníamos varios conciertos pendientes fuera de España, así que pensamos que nos pareció que no era mala idea continuar.
¿Se prepara de forma distinta para salir al escenario en un teatro que para cantar en una plaza de toros?
El sitio se tiene en cuenta a la hora de elegir los temas porque hay canciones que son muy explosivas y que en directo funcionan muy bien en un auditorio al aire libre pero en un teatro sería apabullante. Lo que marca la diferencia es la relación con el público. En el teatro, estamos todos recogidos, aunque sea grande, y el contacto es mucho más cercano. En una plaza de toros, la gente está más dispersa, más entretenida con otras cosas. Son dos maneras de hacer música, sin duda.
¿El directo es la prueba de fuego de un disco?
Para mí el directo es una cosa que no solo es necesaria para saber lo que pasa con tus canciones sino una manera de crecer. La primera ronda de conciertos fue muy intensa, pero el escenario me resulta siempre embriagador, te ofrece momentos especiales que suceden solo esa noche, es como estar en una aventura continua.
La música es una compañera fiel y constante y me sirve para muchísimas De un tiempo a esta parte, la industria musical ha dado otro giro y ahora se impone lanzar singles en lugar de discos y conquistar al público en una canción. ¿Cómo lleva este momento?
Bueno, eso forma parte del propio discurrir de la vida. Las modas, los usos se modifican, cambian y hay que adaptarse a ello. Yo misma he modificado mi manera de relacionarme con la música como oyente, así que entiendo perfectamente al público y sobre todo, a la gente más joven que tiene toda la música a su alcance. No pasa nada, tú tienes, de todo lo que estás trabajando, una canción sobresaliente y esa es la que sacas. A mí, por lo menos, eso no me va a impedir seguir sacando álbumes.
¿Se siente cómoda con el trato directo en las redes sociales o le estresa tanto feedback de cualquiera que oiga sus canciones?
Yo tengo una relación bastante cómoda con las redes, no me exijo tener que hacer algo cada día ni nada por el estilo. Pongo solo aquello que me resulta interesante sabiendo cuáles son los gustos de la gente que me sigue. El otro día, por ejemplo, pusimos el vídeo de la canción que cierra el álbum, Un poco más de amor, y en las reacciones, hay de todo, pero como dije antes, yo no me estanco queriendo hacer las cosas de la misma manera que las hacía hace años. Yo creo que se acomoda uno por propia necesidad, por propio gusto.
Cuando está a punto de sacar un single, ¿le preocupa que la próxima canción no guste al público?
Ahí hay una mezcla. Por un lado, tú haces un tema, trabajas y grabas una canción para que sea escuchada, pero a veces expresas cosas que no interesan a la mayoría, o ni siquiera a tus seguidores. Yo tengo bastante suerte y diría que casi todas las canciones tienen un oyente al que le gusta o le sirve y se siente identificado. Está la necesidad de expresarte y luego hay que acertar, pero si no, tampoco pasa nada.
El mundo necesita más amor…
Sí, el mundo necesita más amor y menos odio, más comprensión.
La pandemia le dio la oportunidad de comprobarlo de forma muy directa a través del teléfono, con conversaciones que han dado lugar a algunas de las canciones de este disco.
Esa fue una experiencia muy reveladora para mí, que me permitió ver cómo era la realidad de gente muy distinta, de más de dos mil personas, fue un ejercicio de paciencia, en el sentido de escuchar todo lo que quisieran decirme, y por otro lado, una manera de conocer situaciones diversas expresadas además de una manera muy sincera, muy franca.
Debía ser impactante para quien estaba al otro lado esa llamada. ¿Alguna vez le colgaron pensando que era una broma?
Había quien decía que no podía ser que fuera yo, que por qué a mí si yo no soy nadie, ese tipo de reacción. Afortunadamente, en esos casos, me vino muy bien tener esta voz tan característica que me abrió bastante las puertas.
¿La música ha sido para Luz Casal una elección o una necesidad?
Una elección, sobre todo, porque es vocacional, es como si estuviera predestinada, como quien tiene buen pulso o el talento para transformar lo cotidiano en algo relevante, por eso he tenido una inclinación tempranísima hacia la música. Pero también es el vehículo para expresarme y por ese lado, también es una completa necesidad.
Su música es bálsamo para sus seguidores. ¿Cuál es su bálsamo musical en tiempos de crisis?
Mis crisis las manejo bastante bien hasta el día de hoy. La música es una compañera fiel y constante. No tengo un género de música que me alivie, hay centenares por no decir miles de posibilidades que me sirven para pacificar una ansiedad determinada. A mí la música me sirve para muchísimas cosas.
¿Cómo van a pesarme los años si estoy activa y con la misma fuerza que siempre?En su vida ha habido momentos muy duros. ¿Se aprende más de las experiencias negativas?
No necesariamente. Yo creo que se aprende de todo si estás lo bastante despierto a lo que sucede a tu alrededor. Aprendes de lo bueno si le das aprecio y de lo malo.
A partir de cierta edad, ¿pesan los años a la hora de salir de gira?
¿Cómo van a pesarme los años si sigo activa y con la misma fuerza de siempre? No, para nada. Eso son imposturas de la sociedad. No necesariamente tener una edad hace que estés más o menos viva, que tengas más o menos ilusión.
¿Tampoco le preocupan las arrugas?
Como dijo Adolfo Domínguez, la arruga es bella.
Ahora le diré una serie de palabras para que me diga lo primero que le venga a la cabeza: Música.
Mi vida.
Cáncer.
Enfermedad cobarde.
Soledad.
Hay que saber llevarla.
Risa.
Una explosión.
Palestina.
Un dolor.
Poesía.
El refugio.
Galicia.
La raíz.
Amnistía.
Táchala.
¿Cree en el activismo político de los artistas?
Cada uno es libre de manifestarse como quiera, yo me manifiesto a través de las canciones, de mi música.
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