El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha anunciado este jueves nuevas sanciones contra cuatro individuos que colaboraron con el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) y jugaron un papel importante en el envenenamiento del opositor ruso Alexei Navalni con un agente nervioso de tipo Novichok en el verano de 2020.
«El intento de asesinato contra Alexei Navalni en 2020 representa el desprecio del Kremlin por los Derechos Humanos, y continuaremos utilizando las autoridades a nuestra disposición para hacer que los verdugos del Kremlin rindan cuentas», ha indicado en un comunicado el subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Brian E. Nelson.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, ha vuelto a condenar este jueves en un comunicado la condena de 19 años de cárcel por extremismo contra el opositor ruso, que ha tildado de «injusticia». «Renovamos nuestro llamamiento a su liberación inmediata», ha asegurado.
En concreto, Washington ha añadido a su ‘lista negra’ a Alexei Alexandrovich Alexandrov, un agente del Instituto de Criminalística del FSB, «uno de los principales» responsables del envenenamiento del opositor ruso y quien, además, espió al activista Nikita Isaev, que murió, en condiciones sospechosas, por un paro cardíaco durante un viaje en tren en 2019.
Asimismo, las sanciones también se extienden a Konstantin Kudriavtsev, quien también pertenece al Instituto anteriormente nombrado y llegó a admitir su participación en las operaciones de limpieza después de que Navalni fuese intoxicado con agente nervioso.
Kudriavtsev fue responsable de espiar al opositor y periodista ruso Vladimir Kara-Murza, condenado por un tribunal de Moscú a 25 años de cárcel por varios delitos, incluido el de alta traición, una sentencia duramente criticada por la comunidad internacional.
Finalmente, Estados Unidos ha sancionado a Ivan Vladimirovich Osipov, que formó parte del equipo para llevar a cabo el envenenamiento, y a Vladimir Alexandrovich Panyaev, que se encargó de espiar en múltiples ocasiones a Navalni.
El opositor ruso cayó gravemente enfermo en agosto de 2020 mientras regresaba en un vuelo de regreso a Moscú tras hacer campaña electoral en Tomsk y Novosibirsk, lo que provocó un aterrizaje de emergencia en la localidad siberiana de Omsk, donde quedó ingresado en coma en la UCI con respiración asistida.
Más tarde, fue evacuado en un avión medicalizado fletado por la ONG Cinema for Peace hacia Berlín, donde permaneció en la unidad de cuidados intensivos en coma inducido. El personal médico confirmó posteriormente en un informe que Navalni fue envenenado con Novichok, un químico que ya se utilizó en 2018 contra el exagente Sergei Skripal en Reino Unido y cuyo rastro lleva a Rusia, que lo ha negado.
