El ‘expresident’ de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha recordado que este domingo hace seis años de su regreso a Waterloo (Bélgica) tras su detención en Alemania, donde ha defendido que se le aplicó una justicia imparcial y «sin interpretaciones enrevesadas». La Audiencia territorial de Schweslig Holstein consideró en 2018 «inadmisible» el delito de rebelión y lo dejó en libertad bajo fianza por la acusación de malversación.
«La experiencia alemana fue útil para muchas cosas, no solo para derrotar a la ofensiva del Estado buscando la extradición y lograr una sentencia que hoy todavía atraganta a algunos jueces, políticos y periodistas españoles, sino para comprobar lo que es una justicia imparcial», ha escrito en una publicación en X.
A su juicio, ser imparcial no quiere decir ser infalible, pero «tranquiliza mucho saber que la decisión que te concierne no la tomará un juez que odia todo lo que representas, sino alguien que aplicará la ley, sin interpretaciones enrevesadas», ha apuntado.
La promesa de su retornoEl mensaje del ‘expresident’ llega después de que el sábado reivindicara su retorno tras siete años desde su marcha al extranjero, con la certeza de que «nadie puede impedir» que lo haga como «un hombre libre». Sobre él sigue pesando una orden de detención nacional por las causas del 1-O al no habérsele aplicado la amnistía. Sobre esta cuestión se pronunció contundentemente en el acto del cuarto aniversario de Junts per Cataluña: «Los jueces se niegan a aplicar la amnistía y le dan a la política española unos aires de golpe de Estado”. “Tenemos que prepararnos y rearmarnos para confrontar este desafío grave”.
Con la voluntad intacta de querer regresar para presenciar el debate de investidura que tenga lugar en el Parlament -cuyo candidato será previsiblemente Salvador Illa-, Puigdemont advirtió ayer que las amenazas con ser detenido o encarcelado no cambiarán su decisión «política» de «poner fin al exilio».
La posible detenciónLo hará, apuntó, amparado por la ley de amnistía; de no ser así -que es el escenario actual-, el líder de Junts apela a que se activen otros «mecanismos democráticos». Se refirió entonces a que «las fuerzas generales del Estado» impidan su «detención ilegal y arbitraria» y se dirigió también al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien pidió que el Fiscal General del Estado persiga «el delito» que supone que «los jueces no apliquen la ley».
“Quieren impedir la imagen de mi retorno como un hombre libre, del triunfo democrático que supone la ley de amnistía”, exclamó el ‘expresident’. Y añadió: “[Los jueces] quieren sustituir la imagen de celebración con la de nuestro encarcelamiento. Han decidido confrontar y bloquear”.
Pocas horas más tarde, en la misma publicación de X donde defiende lo que considera las «garantías» de la justicia alemana, Puigdemont ha concluido: «En las democracias de verdad, la obligación democrática prevalece por encima de la devoción patriótica».
La foto de PiquéUna de las respuestas a este mensaje ha sido la del exdirector de comunicación de Puigdemont, Josep Maria Piqué, una de las figuras más cercanas al ‘expresident’. Sin escribir ningún texto explícito, ha publicado una foto de Puigdemont sentado en un avión, mirando por la ventana con la mirada seria. El mensaje queda abierto a la interpretación de cada uno, pero podría significar la imagen de «su retorno». Si cumple su promesa, podría tener lugar en pocos días.