Carles Puigdemont ha fijado este martes las condiciones para la investidura de Pedro Sánchez. En una conferencia en un céntrico hotel de Bruselas, el expresidente de la Generalitat y ahora eurodiputado por Junts per Catalunya, ha expuesto públicamente su marco negociador con el PSOE.
En un atril presidido por la senyera y la bandera europea, con un fondo azul, ha reclamado el reconocimiento y el respeto a la legitimidad democrática del independentismo y al derecho a la autodeterminación, una ley de amnistía sobre los hechos desde la consulta del 9-N en 2014 y la actuación de la fiscalía y la abogacía del estado para lograrlo, un mecanimso de mediación y fijar límites en los tratados internacionales sobre derechos humanos y libertades fundamentales.
Puigdemont ha iniciado la conferencia asegurando que «el pacto posible no es un pacto cualquiera» porque «a Junts se le ha atacado sin descanso». «Si hay acuerdo tiene que ser histórico, un gran acuerdo, uno que no haya existido desde el 11 de septiembre de 1714», ha espetado, aunque ha reconocido que estas condiciones «hoy no existen». «Si hay interés en llegar a ello, voluntad real, las condiciones se tendrán que crear aunque sean forzadas por la necesidad y no por la convicción», ha añadido.
La primera condición, ha dicho, es «identificar adecuadamente los elementos del conflicto». El exjefe del Govern se ha remitido a la sentencia del Estatut y ha cargado contra la «criminalización» del 1-O: «la respuesta legítima del pueblo de Cataluña a todas las negativas de resolver el conflicto». Todo esto para insistir en que Catalunya es una nación «atacada» y que las «evidencias acumuladas» dicen que solo la independencia resoilverá los agravios. La segunda, que se reconozca la «legitimidad democrática» del independentismo.
O elecciones o pacto Puigdemont ha insistido en la encrucijada del PP y el PSOE para lograr gobernar, ya que sus siete diputados son imprescindibles. «Ninguno de los dos partidos españoles tiene fuerza suficiente para imponerse. Elecciones o pacto con Junts, que no renunciará a la unilateralidad», ha afirmado.
«Estamos preparados por si hay elecciones, pero también para una negociación que quiera culminar con un acuerdo histórico. La pregunta no es si nosotros estamos preparados para una negociación, sino si lo están los dos grandes partidos españoles para negociar con nosotros con todo lo que representamos o sencillamente quieren salir al paso y obtener como sea el apoyo parlamentario para consolidar un liderazgo o desmontar el del rival», ha despejado.
La tercera condición, la amnistía «para reparar una injusticia» y no para equiparar a policías y manifestantes, ha dicho. «El 1-O no fue un delito, como tampoco lo fue la declaración de independencia», ha recalcado.
Y ha avanzado a la cuarta: un mecanismo de control del cumplimiento de los acuerdos.
Unas 200 personas han asistido a la cita, entre ellas, unos 60 periodistas acreditados. La presidenta y el secretario general de Junts, Laura Borràs y Jordi Turull han accedido a la sala junto a los representantes de ERC, Teresa Jordà y Francesc-Marc Álvaro; y de la CUP, Carles Riera. También está presente la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, y el líder de Òmnium Cultural, Xavier Antich.