Mientras ERC y PSC ultiman los flecos pendientes de un «inminente» acuerdo que permita sentar las bases de una posible investidura de Salvador Illa antes de agosto -el plazo que se marcaron los republicanos antes de someter un posible preacuerdo a la militancia-, Junts mantiene un perfil bajo en el tablero de las negociaciones.
Aguardan al margen, pero no por mucho tiempo. Tras una semana prácticamente sin pronunciamientos, Puigdemont reaparecerá este sábado en un acto desde Francia para conmemorar el cuarto aniversario de la fundación de Junts. Lo hará después de una semana en la que los posconvergentes han dejado espacio a ERC para que conversara con los socialistas, a sabiendas de que un principio de acuerdo está el caer, y con el convencimiento de que su líder volverá para un debate de investidura -todavía sin fecha ni candidato- y con una orden de detención vigente al no tener aplicada la ley de amnistía.
Volver al foco mediáticoEl expresident espera recuperar el protagonismo en este encuentro en el sur del país vecino, retomando las costumbres de la campaña electoral. «La idea es reafirmar lo que lleva diciendo desde el día después de las elecciones», comentan fuentes del partido. Se refieren a su compromiso con estar presente para un debate de investidura-sea quien sea el candidato-, pero también a su voluntad más que expresada de someterse él mismo a una votación para optar a la presidencia.
No es nada nuevo, pero tras días de silencio, el recordatorio de Puigdemont lo sitúa de nuevo en el centro del debate. Con su estrategia pretende recoger el mando del foco mediático que estos días ha recaído en PSC y ERC para marcar terreno en un momento clave para la previsible investidura de Illa. Y es que, previsiblemente, el líder de Junts sacará rédito de su posición este sábado para cargar contra ambos partidos y su eventual pacto.
La llave de la cajaSu irrupción llega a cuatro días de que termine el mes, tiempo en el que Illa y Rovira deberán llegar a un acuerdo sobre la financiación singular para Catalunya, que es la condición que exige ERC para llegar a cualquier entente que implique ceder sus votos. Aunque esta cuestión se ha vuelto a poner sobre la mesa en el marco de las negociaciones, se trata de una exigencia que los posconvergentes llevan tiempo reclamando al Ejecutivo Central y que esta semana ya han manifestado que será requisito «sine qua non» para aprobar las cuentas del Estado. «Si Catalunya no tiene la llave de la caja, España no tendrá presupuestos», señaló el diputado de Junts, Salvador Vergés, en un pleno del Parlament el jueves. En definitiva, ERC condiciona la investidura de Illa a esta «llave de la caja», y Junts a los presupuestos.
Paralelamente y mientras Esquerra hace gala de las carpetas pendientes que ha conseguido cerrar esta semana con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez -con visita incluida-, Puigdemont se ha dedicado a vender el relato opuesto y a situar al PSOE como un partido que no cumple sus promesas.
Junts lo escenificó el martes cuando sus diputados en el Congreso contribuyeron con sis votos en contra a tumbar la senda de estabilidad del Gobierno y él mismo lo confirmó poco después a través de su cuenta de X: «Una Generalitat presidida por el mismo partido que incumple con Catalunya y engorda la Comunidad de Madrid allanaría el camino del desastre», comentó en referencia a las diferencias de ejecución presupostaria en Catalunya y Madrid en 2023 (un 43% aquí, respecto el 212% en la capital).
Doble vía abiertaLos republicanos tienen la doble vía de interlocución abierta. Así lo confirma la reunión que han mantenido este viernes la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y el secretario general de Junts, Jordi Turull. Un encuentro que fuentes conocedoras de la conversación han enmarcado dentro de la «normalidad» y de los contactos recurrentes tras las elecciones.
Los de Rovira son conscientes de que cualquier posible investidura que cuente con sus votos necesita el aval del PSC: también para una hipotética presidencia de Carles Puigdemont, que necesitaría la abstención de los socialistas. Illa ya le ha negado reiteradamente que eso vaya a suceder, pero el líder de Junts mantiene vivo este escenario.
Un gran acto antes del retornoCon todo, desde el partido se limitan a asegurar que el sábado el expresident «hablará del contexto político de ahora», pero el discurso podría llegar a dar un vuelco en el escenario actual. Un anuncio de un regreso para presentarse primero a la investidura -algo que debería avalar el presidente de la Mesa, Josep Rull-, la escenificación de su regreso y una posible detención, podrían hacer saltar por los aires la ya tensa situación que viven los republicanos. Todo está por ver en el que podría ser el último gran acto de Puigdemont en el extranjero.