La tormenta desatada por el asalto del domingo de miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro a las sedes del poder en Brasilia está salpicando también Italia. Se debe a que este es el país de origen de los antepasados de Bolsonaro, lo que ha abierto una polémica ante la eventualidad de que se le conceda, a él o a su familia, la nacionalidad italiana. Algo que remite a que la legislación transalpina se basa en el principio del ius sanguinis, que establece que los descendientes que pueden probar su filiación y cumplan con ciertos requisitos pueden obtener este derecho.
Con esto como punto de partida, el primero en abrir la caja de Pandora fue Angelo Bonelli, un diputado del partido ecologista Europa Verde. Bonelli presentó en noviembre una pregunta parlamentaria para pedir explicaciones sobre el caso. Le contestó Gianmarco Mazzi, representante de Hermanos de Italia (el partido de la primera ministra, Giorgia Meloni), quien confirmó que efectivamente dos de los hijos de Bolsonaro han solicitado la nacionalidad italiana.
«El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación Internacional (de Italia) ha sido informado del hecho que, en 2020, Flavio y Edoardo Bolsonaro, hijos del presidente de Brasil Jair Bolsonaro, pidieron acceder a la lista de espera del consulado de Brasil para el reconocimiento de la ciudadanía ius sanguinis», dijo Mazzi. En cambio, en lo que atañe el expresidente brasileño, «no hay constancia de una petición de este tipo», aclaró.
Lío ítalo-brasileño Pero esto no acalló la polémica. Al revés, después las violencias del domingo, el tema volvió a circular en la prensa del país latinoamericano, con medios que afirmaron que la intención de la familia de Bolsonaro es «venir a Italia lo antes posible», como publicó el semanario Istoè. Algo que rápido llegó a oídos de la política en Roma.
Con ello, Bonelli volvió esta semana a la carga. «El Gobierno italiano debe ser claro: nada de nacionalidad para los hijos de Bolsonaro y el expresidente. No se concederá a los partidarios de los golpistas», dijo el pasado lunes. El exlíder brasileño «no ha pedido nunca la nacionalidad italiana», le respondió entonces Antonio Tajani, el ministro de Exteriores de Italia.
Excepciones a la extradición Pero tampoco esto difuminó las discusiones, con varios comentaristas y periodistas italianos que en las últimas horas han expresado su discrepancia a que la familia Bolsonaro pueda obtener un día la ciudadanía transalpina, aunque no esté claro qué ventajas tendrían.
La razón de esto último es que existe un tratado de extradición entre Italia y Brasil (desde 1989), pero este acuerdo contempla algunas excepciones. Por ejemplo: se excluye la extradición de personas buscadas por delitos políticos, como recordaba este miércoles en las páginas del diario Il Sole 24 Ore Enzo Cannizzaro, experto en Derecho Internacional. De la misma manera, Italia puede negarse a extraditar a una persona que es ciudadano de su país, añadió Cannizzaro.
Con todo, no es la primera vez que Bolsonaro, descendiente de Vittorio Bolzonaro, un emigrante del norte de Italia que se fue a Brasil a finales del siglo XIX, suscita controversias en Italia. Ya ocurrió en octubre de 2021 cuando, invitado a Roma para participar al G20, el expresidente viajó a Anguillara Veneta, para participar allí a una ceremonia en la que el ayuntamiento local (cercano a la Liga de Matteo Salvini, un aliado del brasileño) le concedieron la ciudadanía de honor. Lo que provocó diversas protestas y las quejas incluso de la asociación antimafia Libera.
