Inventar, lo que se dice inventar, nadie inventa nada en la música popular. De modo que vamos a dejarlo en que Peret fue sin discusión el máximo exponente y el gran difusor de la rumba catalana. Como dice Lolita en el documental El ventilador. Una història de rumba (2023), cogió «algo que era pequeñito y de Barcelona y lo hizo inmenso». Medio mundo bailó con Peret y su ritmo urbano barcelonés en la primera mitad de la década de 1970. El décimo aniversario de la muerte del artista llega cuando la candidatura de la rumba catalana a Patrimonio Inmaterial de la Unesco lleva dos años en marcha. La candidatura obtuvo su primer logro significativo el pasado junio al aprobar el Congreso de los Diputados una proposición no de ley que insta al Gobierno español a defenderla. Todo iría más rápido si el arrollador Peret estuviera vivo.
El despeguePedro Pubill Calaf (Mataró, 24 de marzo de 1935- Barcelona, 27 de agosto de 2014), Peret de nombre artístico, se inició en el mundo del espectáculo con Hermanos Montenegro, dúo que formó a los 12 años con su prima Pepita Becas. En 1963 tuvo un papel en la película Los Tarantos, y publicó sus dos primeras grabaciones, Recuerda y Ana María Lola, como parte del epé Patio flamenco. Un año después su fotografía, un cigarrillo en la mano, apareció por primera vez en la portada de un disco, el epé Peret y sus rumbas gitanas, ya todo suyo. En 1967 entró en las listas de éxitos españolas con Belén Belén, composición propia que interpretó a dúo con Marisol en la película Las cuatro bodas de Marisol, del mismo año. Peret estaba en marcha.
Caló, catalán y castellanoEn 1968 editó el single con las canciones El mig amic y Pensant en tu, ambas en catalán, uno de sus tres idiomas; los otros dos eran el castellano y el caló. El mig amic está dedicada a su padre, vendedor de telas que, como explicaría Peret, era tan generoso en la vida como implacable en los negocios. Rumba, habanera y copla se ponen al servicio de una letra autobiográfica que merece ser considerada un hito de la canción de autor. Peret también grabó en caló (Chaví, 1972) y hasta una versión en alemán de Borriquito (1971). En medio mundo se publicaron discos de Peret.
Franquismo popPeret protagonizó películas en las que, claro está, cantaba: Amor a todo gas (1969), El Mesón del Gitano (1969), A mí las mujeres ni fu ni fa (1971), Si fulano fuese mengano (1971), Qué cosas tiene el amor (1971)… RTVE cayó rendida al encanto moderno pero español de Peret y le filmó protovideoclips que resumen el país del desarrollismo.
Obligado a ir a EurovisiónEl cantante representó a España en Eurovisión de 1974, celebrado en Brighton, donde interpretó Canta y sé feliz. La canción obtuvo 10 puntos y quedó en el noveno puesto de 17 participantes. Ganó el concurso ABBA con Waterloo. Peret no quería ir a Eurovisión. Era una estrella internacional que no tenía ninguna necesidad de acudir al festival y el régimen de Franco había ejecutado el 2 de marzo al catalán Salvador Puig Antich y al alemán Heinz Chez. Pero fue presionado, incluso con amenazas de muerte, diría más tarde, y se vio obligado a actuar en Eurovisión. La condena internacional de las ejecuciones de Puig Antich y Chez no jugó a su favor en las votaciones.
Derroche de carisma y autoridadEn 1974 RTVE dedicó a Peret una de las entregas del programa A su aire. Quizá sea el mejor documento audiovisual que existe del artista. En modo padrino de la rumba, derrocha carisma, autoridad, fuerza y gracia. Le acompaña una superbanda de fusión, pero Peret y sus palmeros mantienen en todo momento el protagonismo. Entre el público está el padre del cantante, que se emociona cuando su hijo lo presenta antes de interpretar El mig amic. La actuación está disponible en RTVE Play.
Cristo tiene poderLa rumba marginal capitaneada por Los Chichos y Los Chunguitos destronó a la rumba catalana en la segunda mitad de la década de 1970, periodo en el que la industria discográfica apostó por centralizarse en Madrid en detrimento de Barcelona. Para colmo, Peret abandonó la música para hacerse pastor de la Iglesia evangélica de Filadelfia. Fue en 1982. La música formaba parte de su predicación. Recuerden este estribillo sacro que cantaba cuando era el Hermano Pedro: «Cristo tiene poder / Cristo tiene poder / Jesucristo es poderoso / Jesucristo tiene poder». Siguieron a Peret a la Iglesia evangélica de Filadelfia numerosos gitanos, entre ellos rumberos. Entre una cosa y la otra, la rumba catalana entró en un periodo oscuro. Sobrevivió casi en la clandestinidad, sobre todo en el ámbito de las celebraciones gitanas, sin apenas exposición pop.
El regresoChipén, dúo formado por Peret Reyes y Johnny Tarradellas, acompañantes de Peret, contribuyó a mantener viva la rumba catalana en los años del apagón, los 80. Fue por intercesión de Chipén que Peret decidió volver a la música profana. Su regreso se oficializó por todo lo alto en el Velódromo de Horta en Barcelona el 25 de julio de 1991. El elepé de resurrección de Peret fue No se pué aguantar (1991).
Apoteosis olímpicaVolvió Peret en el momento indicado. Una de las ideas más brillantes de la organización de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 fue entregar la ceremonia de clausura al ritmo urbano barcelonés. El 9 de agosto de 1992, en el Estadi Olímpic, Peret, respaldado por Los Amaya, Los Manolos y una extensa tribu musical, interpretó Gitana hechicera.
Reservado a los gigantesPeret publicó en el año 2000 Rey de la rumba, el tipo de álbum reservado a los gigantes. Estopa, Jarabe de Palo, Los Enemigos, Ojos de Brujo, Dusminguet, Amparanoia, David Byrne, Fermin Muguruza y otros artistas lo acompañaron en nuevas versiones de algunos de sus temas clásicos. El poso que había dejado Peret y su condición de ídolo intergeneracional y transversal se hicieron aún más evidentes en su actuación en el festival Viña Rock de 2008.
Funeral con ‘El muerto vivo’Peret falleció como consecuencia de un cáncer de pulmón el 27 de agosto de 2014, a los 79 años. Por la capilla ardiente que se instaló en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona desfilaron unas 5.000 personas. Peret fue enterrado en el cementerio de Mataró en una ceremonia íntima en la que, por petición expresa del artista, se interpretaron las canciones Porque yo me iré, composición suya, y El muerto vivo.