Hace unos meses, en enero, el secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, aseguró que él no se examinaba en las elecciones municipales de mayo. Tras reunirse con los secretarios provinciales del partido sostuvo, en una comparecencia pública, que su liderazgo no pasaba por las urnas de nuevo en la próxima cita electoral. Su intención era alejar esa vitola de líder de transición que muchos en las filas socialistas empiezan a asumir con naturalidad tras la debacle del PSOE el pasado junio, en las andaluzas, que dieron al PP una mayoría absoluta.
El mensaje alarmó a Ferraz. Desde Madrid, dejaron claro al secretario general del PSOE andaluz que en las municipales de junio en Andalucía no es que se examine él como líder andaluz sino que se examinan todos sin excepción, «incluido Pedro Sánchez y cada uno de los ministros». Si no contienen la debacle de votos en la comunidad más poblada de España y en la que fue durante años su principal granero, las generales serán casi una misión imposible. “Si no frenamos la sangría, vamos a salir todos por la puerta, uno detrás de otro”, señaló alguien con importantes responsabilidades en la dirección federal. La omnipresencia de la vicesecretaria general y ministra de Hacienda, la sevillana María Jesús Montero, las últimas semanas en Andalucía es la prueba más evidente.
Pedro Sánchez desembarcó de nuevo este sábado en Andalucía. Es su quinta visita como secretario general del PSOE desde septiembre. La sexta si sumamos su asistencia a la Gala de los Goya en Sevilla. Ha pasado por Sevilla, tres veces, Jaén, Málaga y este sábado Huelva. Es una de las tres provincias donde el PSOE va a echar el resto, junto a Sevilla y Jaén. Son las tres capitales donde las encuestas dicen que tienen más posibilidades de mantener las alcaldías y provincias que durante años fueron de una abrumadora mayoría socialista.
La lectura en Ferraz es clara. Asumen que el cambio de ciclo político ha llegado a Andalucía para quedarse una temporada y que el PP tiene el viento de cara. Eso no va a cambiar en las municipales, admiten, pero los socialistas sí creen que pueden mejorar respecto a las autonómicas, exhibir el músculo municipal, el arraigo del partido en los pueblos y ciudades medias andaluzas. Mantener esas tres capitales y la mayoría de las seis Diputaciones, desde los partidos extienden con más eficacia sus tentáculos por el territorio, es fundamental.
Taponar la hemorragia Frenar la debacle en Andalucía y remontar es vital para llegar ‘vivos’ a final de año. Los socialistas asumen que la caída de votos en Andalucía es difícil compensarla con una subida de escaños desde Cataluña, donde sumaron 12 diputados al Congreso, la mitad que en Andalucía. En la comunidad catalana, donde el PSC vive un momento de subida, pueden compensar pero es muy difícil si en el granero andaluz se hunden.
El PSOE tiene 25 de los 61 diputados que se eligen en Andalucía, la comunidad con mayor cuerpo electoral de España. El PP le sigue de lejos con 15, 12 tiene Vox, 6 Unidas Podemos y 3 Cs. Los populares consideran en sus cábalas que mantener la tensión en las municipales, no perder el empuje de las autonómicas, les puede permitir subir entre cuatro y seis diputados nacionales andaluces. “El PP puede sumar en Andalucía tantos diputados como tiene el PNV en el Congreso”, son seis. Eso sentencian desde la primera fila de Génova, donde saben que el PP andaluz, “más fuerte que nunca”, será clave para la llegada de Feijóo a Moncloa.
Pinchar el ‘efecto Moreno’ Los socialistas aseguran que eso no va a ocurrir. Salen a «pinchar el efecto Moreno». Asumen que la fuerza de cola para el PP puede traducirse en una diferencia menor pero dan por hecho que ganarán las generales en la comunidad andaluza e incluso, las próximas municipales. El PP pasó de marcarse como reto el 8+8, las ocho capitales y las ocho diputaciones, a asegurar que lo importante es mantener los votos de junio. “Con conservar los votos que tuvimos en las autonómicas más uno nos sirve para mantener el empuje hasta final de año”, señalan desde la cúpula de los populares andaluces. Obtuvieron 1.571.655 votos frente a los 878.591 del PSOE. El PP solo ha ganado en votos al PSOE en unas municipales en Andalucía, en 2011, cuando la ola ‘antiZapatero’ dio un 39,37% de los votos a los populares y 32,50% para los socialistas.
Nada que ver con lo que ocurrió en Andalucía en las últimas municipales de 2019. El poder municipal del PSOE sigue siendo mucho más potente hoy que el del PP en la comunidad andaluza. Los socialistas gobiernan 458 de los 786 ayuntamientos, 398 con mayoría absoluta. El PSOE ostenta un 59% del poder municipal frente al 27% del PP. Proclaman que pueden volver a ganar las municipales y superar la humillación de las autonómicas. Esa remontada es crucial para las generales.
El PSOE presentó este sábado en Huelva el lema ‘Defiende lo que piensas’ para la precampaña de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Los socialistas sacan pecho con los números, subrayan que en este momento más de 20,5 millones de españoles tienen un alcalde o alcaldesa socialista, cuenten con 9 presidentes autonómicos y una vicepresidencia en las 12 comunidades que celebran elecciones. Remarcan también que el PSOE preside 23 de las 41 diputaciones provinciales, tres cabildos y tres Consells insulares y ostentan la vicepresidencia de Melilla.
En este contexto aspiran a presentar más de 7.500 candidaturas municipales y a ganar las elecciones municipales como en 2019. Justo lo contrario que quiere el PP, que tiene como objetivo que Alberto Núñez Feijóo pueda volver a abrir el balcón de Génova para celebrar una victoria en las municipales. Todos, miran a las generales. El PP que claramente ha planteado este lance electoral como la primera vuelta de las generales y el PSOE, que desmiente que en las municipales se decida algo más que los alcaldes, pero sabe también que hay mucho en juego en clave nacional el próximo mayo.