El pasado 13 de mayo fue un día muy especial para Javier Castillo. Su mujer, la influencer de tendencias Verónica Díaz, le llevó «engañado» a Madrid. Allí, se encontró con los responsables de Suma y Plaza & Janés para un fiesta sorpresa: había que celebrar que el escritor malagueño acaba de rebasar «la friolera de los dos millones» de ejemplares despachados de sus seis novelas hasta la fecha. Lo acaba de compartir con sus fieles seguidores en sus redes sociales el autor de ‘La chica de nieve’.
«No sé qué le diría al Javi que escribía en el tren, o al Javi que escribía relatos y le daba vergüenza enseñarlos a su entorno, o cómo agradecerle al Javi que termkinó El día que se perdió la cordura y se preguntó: ¿Por qué no? Que comprendió que las cosas que más admiras del mundo están hechas por gente igual que tú», prosigue el mensaje del autor. Y asegura que «detrás de esos dos millones de libros vendidos hay dos millones de momentos únicos para el recuerdo mientras leíais, de giros, de sorpresas, de motivos por los que seguíais leyendo, de miradas de ilusión al pasar una página más o, incluso, de alguna que otra lágrima al encontrar una frase que toca en una herida que no sabías que tenías».
Desde luego, este 2023 está siendo un año fundamental en la carrera del ex asesor financiero que empezó escribiendo en sus trayectos del Cercanías hacia su trabajo en Málaga capital. Lo estrenó con el lanzamiento en Netflix de ‘La chica nieve’, la miniserie que adapta su novela homónimo y que se colocó en el top 1 mundial de la plataforma de streaming (y que tendrá continuación dado el éxito); después, regresó a las librerías con ‘El cuco de cristal’, fue traducido al inglés y tuvo su tercer hijo. Y lo que le queda al malagueño.
¿El secreto de su éxito? «Ha habido algunos críticos que han intentado desmenuzar mis historias para descubrir qué gustan tanto de ellas, analizando elementos individuales: la sorpresa inicial, el continuo baile de giros de trama, el tratamiento de temas universales desde una perspectiva muy inquietante. ¿La verdad? Nada de eso funcionaría por sí solo sin pasión, que no está en palabras, pero se siente entrelíneas», ha desvelado Javier en alguna ocasión.
El fenómeno Castillo tiene más patas interesantes. Por un lado, reivindica el poder de los lectores, como los principales agentes, más allá de los gatekeepers culturales y los responsables editoriales, del éxito: «La literatura española es ahora mismo más democrática que la propia democracia española. Cualquiera puede escribir y luego publicar o autopublicar (en plataformas como Amazon, en wattpad o incluso en blogs o redes sociales). Si a mucha gente le gusta una historia la recomendará y regalará y, al final, ese libro subirá en las listas de más vendidos hasta el primer puesto de ventas el tiempo justo hasta que deje de gustar. Las ventas de un libro en Cataluña importan lo mismo que las ventas de alguien de Cuenca. ¿Podríamos decir lo mismo de nuestra democracia?», sentencia el autor.
Javier Castillo, con la distinción que le acredita haber vendido 2 millones de ejemplares Instagram de Javier Castillo
Y luego están las redes sociales, que acercan a los autores a sus lectores, mostrando aristas cotidianas de su vida al margen de su esfera creativa. Acostumbrados a que los escritores estén rodeados de un cierto aura de misterio, de autoimportancia, Javier Castillo se define como «un padre de familia normal», comparte su día a día, su vida doméstica con sus hijos y su mujer a través de sus cuentas en Instagram, Twitter y más plataformas. Siempre estupendamente peinado y vestido (ojo, su mujeres es la muy popular influencer Verónica Díaz, @modajustcoco en Instagram), pero sin alardes ni florituras. Pero es que así es él: «Yo prefiero ser transparente y natural. No puedo fingir ser alguien enigmático o con aura de misterio, cuando en mis firmas puedes venir y comprobar que soy todo lo contrario. Prefiero la naturalidad».