El maestro Miguel Ángel Gómez-Martínez, que fue director titular de la Orquestra de València entre 1997 y 2004, falleció ayer domingo a los 74 años en un hospital de Málaga.
El que fuera durante siete años director titular de la Orquestra de València era hasta ahora el único superviviente de la primera generación de directores de orquesta españoles verdaderamente internacional, conformada por Frühbeck de Burgos, López Cobos, el valenciano García Navarro y él mismo. El Palau de la Música le había invitado a dirigir un concierto esta temporada al frente de su orquesta.
Un cambio radicalSu llegada al podio de la Orquesta de València en 1997 supuso un cambio radical en la programación y forma de trabajo de la formación titular del Palau de la Música, que se centró en recuperar el repertorio clásico y primer romanticismo.
“Guardo magníficos recuerdos de mi relación con la Orquestra de València -aseguraba el maestro en una entrevista a este periódico en 2021-. Fue un tiempo muy productivo para la orquesta. Juntos conseguimos éxitos internacionales que hasta entonces no se habían podido imaginar”.
De aquel periodo al frente de la orquesta del Palau, Gómez-Martínez consideraba “determinantes” la intervención de la OV en el Festival Internacional de Schleswig-Holstein y su gira de conciertos por Alemania. “La calidad de la orquesta aumentó considerablemente, gracias a los esfuerzos de todos sus componentes y al trabajo en común que realizamos con el objetivo de elevar al máximo el prestigio y la valía de la agrupación”, subrayaba.
Miguel Ángel Gómez-Martínez con el compositor Antón García Abril en 2001. / / Fernando Bustamante
Una vocación precozNacido en 1949 en el seno de una familia de músicos, la precoz vocación de Gómez Martínez le hizo empuñar la batuta por primera vez a los siete años y a obtener el título de profesor de piano en el conservatorio de Granada a los 13. Alumno en Viena del gran Hans Swarowsky, debutó como director en 1973 en Austria, y en 1975 en España, en el marco del Festival de Música y Danza de Granada.
Invitado por los teatros más famosos del mundo, ha dirigido en los festivales de Berlín, Viena y Múnich entre otros y prestigiosas orquestas como la Filarmónica de Viena, la Orquesta Gewandhaus de Leipzig o la Staatskapelle de Dresde. Entre los años 1984 y 1987 Gómez Martínez fue Director Titular de la Orquesta de Radiotelevisión Española (RTVE).
A lo largo de una trayectoria de más de cinco décadas, Gómez Martínez desarrolló una intensa actividad internacional que le puso al frente de algunas de las más destacadas formaciones europeas y americanas. Entre sus titularidades internacionales se cuentan la dirección general de música de Mannheim (1990-1993), la dirección artística y musical de la New Finnish Opera Helsinki (1993-1996), la titularidad de la Orquesta Sinfónica de Hamburgo (1992-2000), la dirección general de Música del Teatro de Berna (2000-2004) y la dirección musical de la Orquesta del Festival de Pascua de Bayreuth.
Miguel Ángel Gómez-Martínez. / REDACCIÓN
La memoria prodigiosaGómez-Martínez era poseedor de una prodigiosa memoria que le permitía dirigir siempre sin partitura. “Siempre he considerado que no es necesario dirigir de memoria para ser un buen director de orquesta -explica a Levante-EMV en 2021-. Si en mi caso tengo la suerte de dominar las obras de memoria cuando he terminado su análisis musical profundo, solo se trata de un don natural, (como quien tiene el pelo rojo o una vista agudísima), que me ayuda a poder observar mejor a los ejecutantes y ayudarles con más agilidad en los casos necesarios. Pero no lo considero un mérito especial, porque no me cuesta el menor esfuerzo”.
Gómez Martínez realizó asimismo incursiones en el terreno de la composición. Entre sus obras se cuentan «Sinfonía del descubrimiento» (1992), compuesta con motivo del Quinto Centenario del descubrimiento de América, un concierto para piano y otro para violín, así como la ópera Atallah, compuesta en 2010.
En su discografía destacan un Barbero de Sevilla con Elina Garanca (Sony), la integral de los conciertos para piano de Heitor Villa-Lobos con Cristina Ortiz (Decca), un monográfico orquestal dedicado a Joaquín Turina (MDG) o la Misa de réquiem de Donizetti con Ceryl Studer (Orfeo).