FichaMálaga. 26-02-2025. Lugar: Sala de Conciertos María Cristina. Recital de Misha Dacic . Programa: páginas de D. Scarlatti, R. Schumann y F. Liszt.
La Sala de Conciertos María Cristina recibía dentro de la programación de conciertos de la Sociedad Filarmónica de Málaga el décimo encuentro de esta temporada reservado al recital de piano del profesor y pianista servio, afincado en España, Misha Dacic. Músico cuanto menos singular, con una técnica refinada y sentido de inmediatez que traslada al teclado una personalidad llena de convicción, tal y como se traduce después del nada condescendiente programa con el que se ha presentado en Málaga, con obras de amplio arco temporal centrado en el piano de Scarlatti, Schumann y Liszt en el que el M. Dacic mostró seguridad técnica, claridad expositiva y una emisión pulida.
El programa se abría con tres de las más de quinientas sonatas que escribió el compositor italiano D. Scarlatti, muchas de ellas destinadas a María Bárbara de Braganza y cuyo grueso fue escrito en España, de ahí que no sea extraño descubrir giros de clara influencia ibérica a lo que se añade una técnica compositiva adelantada a su tiempo de altísimo nivel técnico, armónico y rítmico.
La interpretación M. Dacic de las sonatas K. 197, K. 162 y K. 55 del catálogo del músico napolitano se distinguieron por el marcado acento contrastante y singular de estas sonatas atendiendo en el caso de la K. 197 a su ánimo calmado y reflexivo, el tono saltarín y alegre de la K. 162 y finalizando con lo que apetecía disonancias en el caso de la K. 55.
R. Schumann fue el encargado de cerrar la primera parte del recital de M. Dacic con la Humoresque Op. 20 en la que el pianista destacó la complejidad psicológica del compositor desplegando un amplio caudal temático desde un uso de la técnica serio aplicado al ánimo introspectivo que imprime en la página Schumann y que el piano de M. Dacic aprovechó para desplegar dinámicas amplias y personales contrastando los pasajes de tono lírico frente aquellos otros más enérgicos. La idea de humor en esta partitura adquiere un sentido más profundo vinculado estrechamente al estado emocional no sólo del músico sino también del intérprete a la hora de abordar la complejidad de emociones que vuelca R. Schumann en la Humoresque.
El piano del siglo diecinueve no estaría completo sin la aportación e influencia de F. Liszt, que en el recital de M. Dacic ocupó un lugar principal al protagonizar toda la segunda parte de su recital para la Sociedad Filarmónica. Y M. Dacic lo haría con tras obras de su catálogo; por un lado, la Fantasía y fuga sobre el nombre de B-A-C-H. Obra de claro lucimiento al teclado en la que M. Dacic resolvió sin dificultad destacando especialmente en el desarrollo de la fuga sin empañar el lenguaje y personalidad de Liszt al fusionarse con elementos barrocos.
Una selección de los Estudios de Ejecución Trascendental (1852) sirvieron para M. Dacic llevar al límite la capacidad técnica para volcarla en la expresión siempre con un tono personal e introspectivo de irresistible musicalidad en ocasiones evocadoras, meditativas pero sobre todo precisas.
Una ascendente exigencia virtuosística caracterizó La Rapsodia Húngara n.º 13 que cerraba el recital de M. Dacic quien aprovechó la estructura libre imprimida por Liszt para ahondar en los pasajes más introspectivos en contraste a aquellos otros más dramáticos otorgándole en la interpretación emoción apoyada como así quedó fijado en una técnica pulida siempre al servicio de la expresión con la que el auditorio conectó a lo largo de este incontestable recital.