El físico de Miguel Ángel Silvestre (Castellón, 1982) es el de un tipo duro, aunque su sonrisa abierta refleja lo buena persona que es. Alguien muy alejado del desalmado Moisés, su personaje en la serie de Netflix ‘Sky Rojo’, mano derecha del proxeneta que tiene torturadas a las prostitutas de su club.
El actor de ‘Velvet’, ‘Sense 8’ y ‘En el corredor de la muerte’ dice no entender las críticas por cómo trata esa ficción la prostitución, una manera muy diferente a como se hacía en otra que él protagonizó hace 15 años: ‘Sin tetas no hay paraíso’. Y entonces la conversación revela (inevitablemente por sorpresa) a un hombre preocupado por ponerse al día en unos valores de tolerancia y progresismo que desmonten los heredados del pasado.
Moisés, su personaje, sigue en estos capítulos su obsesiva persecución de las prostitutas huidas del club.
Sí, y él lo define en una frase: no se trata de perdonar. Tiene sed de venganza y hará todo lo posible por llevarla a cabo.
Pero descubrirá que su jefe le engaña y que ha sido él quien ha matado a su hermano, no las chicas.
Va a haber muchas cosas de las que se va a dar cuenta. De todas las mentiras que le han contado y, una de las cosas que más me emocionó al leer el guion, de todas las que se ha contado él a sí mismo. Y eso le supondrá un golpe del que le costará recuperarse.
Algo, que por lo demás, suele pasar a menudo. Pero, claro, aquí es todo más exagerado.
(Ríe). Sí, aquí es todo más grande.
Un sicario, que parece más bien un psicólogo, le dice que tiene dos personalidades: el hombre tierno y el asesino. ¿Eso le hará reflexionar?
Él tiene un conflicto con la moral y con las mentiras que le han contado. Defiende una historia que se ha contado, y cuando se dé cuenta, eso va a desencadenar que salga la bestia que hay en él. Se va a romper la piedra que es. Se va a fragmentar.
La dinamita que lo provoca es lo que descubre relacionado con su familia. Lo más sagrado para él.
La familia es la familia, sí. Y eso va a ser su principal motor. Lo que pasa es que lo que descubre hará que le sea muy difícil remontar.
Las escenas de la persecución a muerte son duras, pero también lo son las de ellas en el club ejerciendo la prostitución. Aunque en esta temporada sean escasas.
La serie es muy arriesgada. Prima la parte de acción y el ‘pulp’ y, a veces, da pequeñas pinceladas de la herida que ellas tienen para llegar a la traca final. Esta tercera temporada va a estar totalmente volcada en la acción y la emoción, la herida de ellas la deja a un lado, porque ya te ha contado toda la trama sexual por la que han pasado. Ejemplo de la emoción, ahí está Greta, el personaje de Catalina (Sopelana), todas las ilusiones que le aporta Wendy y ese amor ciego que quiere vivir.
Cuando se estrenó la primera temporada de ‘Sky Rojo’, se inició un debate sobre cómo trataba el tema de la prostitución. ¿Cómo vivió ese episodio?
Uno toma una decisión antes de entrar el proyecto. Es un tema delicado, pero confiaba plenamente en que Álex Pina y Esther Martínez Lobato tenían un objetivo. Conozco sus ideales y lo que querían contar. Muchas veces la gran frustación del artista es que el resultado no es el como el que habías imaginado, pero lo importante es la intención. Dicho esto, creo que juzgar cualquier obra sin haberla visto en su totalidad es un poco hablar por hablar. La obra termina en el último capítulo de ‘Sky Rojo’. Sí que es verdad que pudo haber un revuelo, pero yo tampoco me puedo sentir responsable. Tú tomas una decisión de participar, pero a partir de ahí tú ya te abandonas y al final eres un instrumento que utilizan los guionistas, los productores y el director. No obstante, te diré que después de ver la reflexión final y sabiendo dónde termina esta serie, hay que juzgarla una vez la ves entera. Tras ver dónde nace la herida y dónde llega la justicia divina. Que es lo que muestra la tercera temporada.
Han pasado 15 años desde ‘Sin tetas no hay paraíso’, serie en la que usted hacía el papel de El Duque. ¡Cómo ha cambiado la manera de tratar la prositución en las ficciones!
Sí. Gracias a Dios. Incluso ha habido una evolución del sistema. Es importante no juzgar obras del pasado con ojos del presente. Por eso es muy importante el contexto histórico. Últimamente pienso mucho en el compromiso que tiene que adquirir el ser humano en resetear, borrar. de dónde venimos para volver a empezar. Porque uno tienen un alma, un corazón y respira una serie de valores, pero aún así venimos de alimentarnos de un pasado y de un sistema, con todo lo que ha tenido: machismo, exclusión, homofobia, racismo…. Por mucho que no formes parte de esto, es de lo que el sistema te ha ido alimentando. Entonces, es muy interesante ahora hacer un reseteo a través de la lectura y de seminarios.
¿Seminarios? Le veo muy implicado en el tema.
Sí. Yo hice hace poco uno en el que se hablaba de esto y de la importancia de preguntar los pronombres, es decir, con qué pronombre se identifica una persona. Es que la gente dice: «Ah, eso es lenguaje». No, porque todo evoluciona, y el lenguaje, también. Y la importancia de tener una identidad. Eso es lo que significa resetear de dónde venimos para empezar de aquí en adelante.