La inusitada escalada de los tipos de interés auspiciada por los bancos centrales para combatir la inflación ha provocado un fortísimo aumento de las cuotas hipotecarias desde principios del año pasado, lo que ha llevado a las familias que podían permitírselo a repagar de forma anticipada parte de sus créditos para reducir su deuda y frenar el golpe. Las amortizaciones anticipadas permiten reducir la cuota (con lo que se paga menos al mes) o recortar el plazo de vencimiento del crédito (con lo que a la larga se abonan menos intereses). Esta tendencia a incrementar los pagos adelantados, sin embargo, comenzó a dar claros síntomas de desaceleración durante el verano y los bancos prevén que dicho freno se mantenga en los próximos meses.
«En el tercer trimestre, hemos visto una cierta desaceleración en los prepagos hipotecarios: fueron de unos 1.000 millones de euros, frente a los 1.200 millones del segundo trimestre, aunque año contra año sigan teniendo un peso relevante en la cartera hipotecaria. A futuro, esperamos que la tendencia siga desacelerándose. Lo lógico es que buena parte de los ahorros destinados al prepago de hipotecas ya se haya utilizado y por tanto la disponibilidad que hay para seguir realizando prepagos siga desacelerándose en línea con el contexto económico», acertó a resumir recientemente la directora financiera del BBVA, Luisa Gómez Bravo.
En la misma línea, Matthias Bulach, director de contabilidad de CaixaBank, apuntó que las amortizaciones extraordinarias en su entidad habían subido de los 500 millones al mes de 2022 a rondar los 650 millones en 2023, si bien «empezaron a reducirse un poco» durante el verano. «El cuarto trimestre de 2022 y el primero y segundo de 2023 fue cuando el impacto de la subida de tipos fue más notorio y notable y ahora ya, con la subida de la curva de tipos más consolidada, los impactos empiezan a ser algo menores», explicó. También Leopoldo Alvear, director financiero del Sabadell, indicó que los prepagos en su entidad estuvieron entre julio y septiembre «incluso un pelín por debajo de la media de 2022».
Menores crecimientos Las cifras del Banco de España confirman esta tendencia. El saldo de hipotecas se redujo 3.598 millones de euros durante los tres meses del verano, pese a que se concedieron nuevos créditos por valor de 13.172 millones, lo que implica que las amortizaciones -entre ordinarias y extraordinarias- fueron de 16.770 millones. Esta última cifra es 1.002 millones de euros y un 6,3% superior a la del mismo periodo de 2022, lo que supone un freno respecto al incremento interanual registrado en el segundo trimestre (2.036 millones y un 12,5%), que a su vez ya fue menor que los del primer trimestre (5.091 millones y un 35,9%) y el cuarto de 2022 (6.427 millones y un 49%).
El citado incremento internanual de las amortizaciones del 6,3% que se registró entre julio y septiembre es, de hecho, el más bajo desde la caída que registraron las mismas en el último trimestre de 2021 (-7%), cuando el BCE comenzó a endurecer la política monetaria. Otra forma de ver el freno que se está produciendo: las amortizaciones durante el verano de 2022 equivalieron al 3% del saldo hipotecario al cierre de aquel junio, dieron un salto hasta el 3,8% durante el cuarto trimestre del pasado ejercicio, y desde entonces han ido bajando hasta el 3,7% en el primer trimestre de 2023, el 3,6% en el segundo y el 3,3% durante el pasado verano.
Ahorro excedente Los datos no parecen apuntar a que las familias se estén quedando sin ahorros. Según el INE, su renta disponible bruta creció un 12,2% en el segundo trimestre, más que su gasto en consumo (5,2%), con lo que el ahorro que generaron (50.298 millones) se elevó hasta el 20% de su renta disponible, frente al 14,7% del primer trimestre. Además, su riqueza financiera -diferencia entre ahorros y deudas- aumentó un 3% durante el segundo trimestre frente al primero. Según el Banco de España, las familias contaban con activos financieros por valor de 2,75 billones de euros y pasivos de 756.419 millones al cierre de junio, con un saldo positivo de 1,99 billones. La mayoría de sus ahorros se concentraban en efectivo y depósitos (1,03 billones, un 0,7% más que en el primer trimestre) y participaciones en empresas y fondos de inversión (1,24 billones, un 2,4% más).
La ralentización del alza de las amortizaciones, según diversas fuentes financieras, tiene más que ver con que la mayoría de las familias que podían permitirse prepagar parte de las hipotecas para paliar el golpe del euríbor ya lo han hecho, mientras que otros hogares no tienen recursos suficientes. Además, subrayan que el ahorro total no es igual que el ahorro excedente (aquel que no se dedica a invertir o a tener un colchón de seguridad para imprevistos). Según datos del Banco de España, precisamente, las familias con más renta, y por tanto más recursos disponibles, han repagado anticipadamente hasta 1,6 veces más que los menos pudientes. También se apunta en el sector a que las diferencias interanuales del euríbor son cada vez más contenidas, con lo que las alzas de las cuotas son cada vez más moderadas, lo que reduce el incentivo a amortizar de forma anticipada.