La desigual traslación del alza de los tipos de interés a los productos bancarios provocó una factura multimillonaria a los bolsillos de las familias españolas durante 2023. Los créditos se encarecieron de forma vertiginosa al reflejar el incremento de los tipos oficiales con que el Banco Central Europeo (BCE) trató de reducir la inflación. Paralelamente, las entidades retrasaron el mayor pago por los depósitos para que sus cuentas se beneficiaran lo máximo posible de los mayores ingresos por los préstamos. Así, las familias pagaron 28.102 millones de euros en intereses durante el año pasado, 10.041 millones más que en 2022, y ello a pesar de que el volumen de créditos vivos bajó un 2,4%. En cambio, cobraron 2.147 millones en intereses por sus depósitos y cuentas remuneradas, solo 1.917 millones más que en el ejercicio precedente.
En consecuencia, la diferencia entre los intereses pagados y cobrados por los particulares se incrementó el año pasado hasta los 25.955 millones de euros, un 45% y 8.124 millones más que los 17.831 millones de 2022, según estimaciones elaboradas por este diario a partir de la información pública del Banco de España. Por ponerlo en perspectiva, en 2021 -el año previo a que el BCE comenzase a endurecer la política monetaria para embridar la brutal escalada de los precios- los hogares pagaron 16.234 millones en intereses y recibieron apenas 169 millones, con una diferencia de 16.065 millones de euros.
La dispar evolución del tipo aplicado al crédito y los depósitos ayuda a explicar que el beneficio de los bancos por su negocio en España se incrementase hasta los 18.193 millones de euros entre enero y septiembre del año pasado, 3.507 millones y un 24% más que en el mismo periodo de ejercicio precedente y prácticamente lo mismo que obtuvieron en todo 2022 (19.430 millones, el mayor en 15 años). También fue clave en que las seis mayores entidades del país (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja) ganasen 25.931,5 millones en todo 2023, un 24% más, por su negocio español e internacional. Entre enero y septiembre, la rentabilidad sobre el capital del sector mejoró del 10% al 12,29%, un nivel calificado como «razonable» por las entidades y «en línea» con el que le exigen los inversores.
Estrategia bancariaLos datos son un reflejo de la estrategia de la banca de los últimos dos años. Por un lado, el endurecimiento de la política monetaria del BCE ha provocado que las cuotas de los créditos a interés variable ya concedidos suban según está recogido en los contratos, así como que el precio de los nuevos préstamos también se incremente como reflejo del alza de los tipos de referencia. En cambio, el sector ha ralentizado el incremento de la remuneración de los depósitos, aprovechando su amplia posición de liquidez y la menor demanda de crédito. De hecho, el Banco de España lleva varios trimestres constatando que la remuneración del ahorro ha subido notablemente menos que en otras épocas de alza de los tipos oficiales del BCE y también menos que en la zona euro.
Según un informe reciente de la institución, el interés medio los nuevos depósitos a plazo en España se elevó en 2,5 puntos porcentuales entre diciembre de 2021 y el pasado noviembre, frente a los 3,8 puntos en que habrían subido si se hubiera repetido lo que sucedió entre enero de 2003 y agosto de 2007. En la zona euro, el incremento fue de 3,1 puntos, frente a los 4,1 puntos del episodio precedente, con lo que aumentaron más y se quedaron más cerca. En cambio, el aumento del tipo de las nuevas hipotecas en España fue solo ligeramente inferior al de la unión monetaria (2,4 puntos frente a 2,7), si bien se quedó más lejos del que se hubiera desprendido de repetir la experiencia anterior (4,1 y 2,8 puntos, respectivamente).
Factura mensualLa consecuencia de todo ello es que la factura mensual en intereses pagados por los hogares se ha disparado en 1.252 millones de euros, desde los 1.343 millones que las familias abonaron por sus créditos en diciembre de 2021 a los 2.595 millones del pasado enero, último mes con datos disponibles. Por contra, los intereses mensuales que cobran por los depósitos y cuentas apenas han aumentado en 315 millones, de 14 a 329 millones. Ello implica que el margen mensual para las entidades ha mejorado en 936 millones y un 70%, hasta los 2.265 millones. Eso sí, tras marcar un máximo de 2.344 millones en noviembre, lleva dos meses disminuyendo suavemente, anticipándose al recorte de los tipos de interés del BCE que el mercado prevé para mediados de año.
Los tipos, así, están en pleno proceso de cambio de tendencia. En ausencia de sorpresas negativas, el banco central ha dado señales de que comenzará a abaratar el precio del dinero gradualmente a partir de junio. En consecuencia, el euríbor a un año bajó del 4,16% de octubre al 3,609% en enero. En febrero volvió a subir al 3,671%, pero se debió a que el mercado corrigió su expectativa de que el BCE empezase a recortar tipos en primavera. Los expertos, de hecho, lo ven en torno al 3-3,25% a finales de año.
Todo ello ha provocado que las cuotas de las hipotecas a tipo variable con revisión semestral hayan empezado a bajar y que las de revisión anual lo vayan a empezar a hacer en los próximos meses. En consecuencia, la banca aplicó al tipo de los nuevos depósitos de enero el mayor recorte desde junio de 2013 (del 2,578% al 2,377%). Lo previsible a medio plazo, así, es que los créditos se vayan abaratando, pero también los depósitos reduzcan su remuneración, lo que modera