Las declaraciones realizadas por Carlos Torres, presidente de BBVA, en la presentación de la OPA ante analistas y refrendadas en la rueda de prensa posterior, en las que afirmaba haber contactado con inversores que le habrían avanzado su predisposición a aceptar la oferta, inducen sospechas de una presunta manipulación del mercado, según afirman fuentes jurídicas conocedoras de la operación. El presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, desveló esos contactos con inversores institucionales del Sabadell tanto en la conferencia de analistas en que presentó la opa hostil este jueves, como en la rueda de prensa posterior. «Nuestro equipo de relación con inversores ha mantenido contactos con muchos de estos accionistas y algunos de ellos se han acercado a nosotros con una expresión clara de una visión favorable sobre la transacción. Tendrán que tomar su decisión a su debido tiempo, cuanto el periodo de aceptación de la oferta comience dentro de unos meses. Pero sí, hemos recibido esas expresiones de interés y ese ponerse en contacto de accionistas del Sabadell, algunos de ellos bastante importantes en su capital, con una opinión favorable a la operación», afirmó a preguntas de los analistas.
Estas afirmaciones son la base de la denuncia que a última hora de la noche del jueves presentó el Sabadell ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En su denuncia, la entidad catalana resalta que determinada documentación e información ofrecida por el BBVA tanto a analistas como en rueda de prensa «introduce datos incompletos que pueden afectar al mercado». Medios jurídicos explican que el problema de fondo es que toda información, cuando se ha iniciado el proceso de la oferta (en este caso comenzó cuando esa misma mañana el BBVA publicó el anuncio de la opa), debe estar incluida en el citado folleto. Y eso es lo que el BBVA debería haber hecho. Haber explicado en el folleto que había contactado ya con accionistas, que le habían expresado su opinión favorable a la operación, e incluso debería haber especificado quiénes son esos inversores y cuánto tienen del capital social. En concreto, Sabadell señalaba un incumplimiento del artículo 32 de la ley de opas que insta a explícitamente a «los miebros de los órganos de administración y dirección» de la entidad que intervengan en la operación a abtenerse «de difundir o publicar por cualquier medio, cualquier dato o información que no conste en el anuncio previo de la oferta».
A la espera de una rectificaciónEn otros medios cercanos al BBVA quitan hierro a la importancia de la denuncia, «que no puede paralizar ni anular» la oferta y que, prevén, debería resolverse en el peor de los casos con un expediente sancionador y en el mejor, con una rectificación del banco en el propio folleto. «Una cosa es reconocer haber tenido contacto con inversores y que hayan mostrado su predisposición y otra es señalar que se tiene un acuerdo con ellos», explican en un bufete.
De hecho, en el sector se resalta que la intención del Sabadell con la denuncia no es tanto paralizar la operación, ya que les constaría que es muy difícil, como lanzar una advertencia de que no pasarán ni una porque se encuentran en guerra total con el BBVA. De hecho, en la denuncia presentada ayer, el Sabadell explicaba que había «dado traslado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores de esta circunstancia en aras de que el mercado cuente con información completa y transparente y se garantice un proceso ordenado y correcto»
Otras fuentes aluden al artículo 17.4 del reglamento sobre abuso de mercado como punto en el que puede haberse apoyado Sabadell para interponer la denuncia. La norma señala que el emisor de derechos del mercado, es decir, BBVA, «podrá retrasar, bajo su propia responsabilidad, la difusión pública de la información privilegiada» siempre que se cumplan determinadas condiciones como » que el retraso en la difusión no pueda inducir al público a confusión o engaño». Este, precisamente, es el punto señalado ayer en la denuncia ante la CNMV. «Hay que matizar qué es realmente un indicio de engaño. Ahí está la batalla jurídica», ademiten las fuentes sobre el trabajo que se avecina a los asosres de los bancos: Garrigues, por BBVA, y Uría Menéndez por Sabadell.