Dejar de financiar a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), de la que dependen más de 2 millones de personas solo en el territorio de Gaza, sería un «error» en términos de «esfuerzo colectivo para la paz y seguridad» en Oriente Próximo no solo por la ayuda a corto plazo que ofrece a la población sino porque es la única voz que promueve los derechos humanos, la igualdad de género y un pensamiento crítico en una zona gobernada desde hace casi dos décadas por Hamás. La advertencia la ha lanzado este lunes el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, tras reunirse en Bruselas con los ministros de cooperación europeos a invitación del jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell.
La UNRWA, sostiene Lazzarini, va mucho más allá satisfacer las necesidades más básicas en materia de alimentación y sanidad. También garantiza educación a miles de niños y niñas «profundamente traumatizados», que necesitarán regresar a un entorno educativo en cuanto termine la guerra, por lo que cortar esta vía sería algo así como dispararse a uno mismo en un pie. «Cuanto más esperemos, más sembraremos las semillas del odio y el resentimiento en el futuro. Y esta no es, desde luego, una receta para promover una paz y una estabilidad duraderas en la región» porque «no hay ninguna administración emergente en la Franja de Gaza que pueda proporcionar los servicios al alcance de tantos niños». Un diagnóstico con el que coincide el jefe de la diplomacia europea.
«Interrumpir el apoyo a UNRWA significaría la interrupción de servicios vitales para millones de personas en necesidad y una catástrofe humanitaria mayor para Gaza que hay que evitar. No solo porque sea un imperativo humanitario sino porque podría tener repercusiones peligrosas para la estabilidad de la región y afectaría también a los europeos», ha dicho Borrell recordando que la UNRWA no solo ayuda en Gaza sino también en Jordania, Líbano, Siria y Cisjordania. Esto significa que, «si la agencia desaparece, tendrá un efecto devastador en 5,6 millones de personas sin estado (…) La agencia solo debería disolverse si no existe un problema de refugiados palestinos» porque «si cancelamos la UNRWA el problema seguirá estando, pero peor», ha avisado el político europeo, que admite que hay división de opiniones entre los 27 Estados miembros pero que «la mayoría entienden que no hay alternativa a apoyar a la población palestina».
Investigación en marchaPese a esta división, la agencia confía en recibir el próximo pago de 82 millones a principios de marzo, una financiación necesaria para seguir funcionando. Varios países de la UE anunciaron la suspensión de sus ayudas hasta aclarar las acusaciones de Israel de que 13 de sus trabajadores –ya despedidos por la agencia– habían participado en los ataques de Hamás del 7 de octubre que desencaderon la ofensiva israelí. Según ha explicado Lazzarini hay una investigación interna en marcha en los cuarteles de Nueva York y el Free Scandinavian Institute ha puesto en marcha una revisión, bajo el liderazgo de la exministra de Exteriores francesa Catherine Colonna, de sus mecanismos de control internos cuyas primeras conclusiones podrían estar listas en un mes. El informe definitivo, mientras tanto, llegará el 20 de abril.
Mientras se aclara la situación, el responsable de la UNRWA ha avisado de que la organización trabaja en un ambiente «extremadamente difícil», con cada vez más restricciones (cuentas congeladas o visados cada vez más cortos para el personal) y bajo «una profunda sensación de pánico y ansiedad» por la ofensiva militar de Israel que, por primera vez, impidió este pasado domingo operar en el paso de Rafah con un «mínimo» de protección. «Dado que no tenemos a la policía local, nuestros camiones y convoyes fueron saqueados por cientos de jóvenes. La última protección que nos quedaba para mantener un mínimo de orden civil ya no funciona puesto que muchos de ellos han sido asesinados en los últimos días. (…) Los próximos días nos dirán si vamos a ser capaces o no de seguir operando en un entorno extraordinariamente difícil», ha relatado.
¿Evacuar a dónde? ¿A la Luna?En cuanto a la evacuación de civiles de la Franja reclamada por el primer ministro israelí Binyamin Netanyahi, Lazzarini ha dejado claro que en sus cuatro viajes a la zona no ha conocido ningún lugar seguro. «¿Evacuar? ¿A dónde? ¿A la Luna?», ha ironizado Borrell subrayando que si la comunidad internacional cree que «se están matando a demasiadas personas» lo que habría que pensar es en dejar de suministrar armas a Israel. «No pretendo estar a cargo de la política exterior de Estados Unidos. Tengo suficiente con la política exterior de la Unión Europea, pero seamos lógicos. El presidente (de Estados Unidos, Joe) Biden ha dicho que el número de víctimas es muy elevado, no es proporcional. Si cree que se están matando a demasiadas personas quizás debería proporcionar menos armas para evitar que maten a tanta gente», ha avisado Borrell recordando que Estados Unidos ya tomó una decisión similar en 2006, durante la guerra contra el Líbano.
«Exactamente lo mismo sucede hoy. Todo el mundo está yendo a Tel Aviv a suplicar que no maten a tantos pero Netanyahu no escucha a nadie», ha criticado. «Si la comunidad internacional cree que es una matanza y que están matando a demasiadas personas quizás deberían pensar en el suministro de armas», ha añadido poniendo como ejemplo la decisión de un tribunal holandés que ha ordenado al Gobierno de Países Bajos que deje de exportar piezas de F35 a Israel.