Si el eterno proyecto de una conexión ferroviaria para toda la Costa del Sol fuese un río en lugar de un camino de hierro que aún no existe, se llamaría Guadiana. O, si en cambio, tuviese alas como un ave y se pareciese más a un avión que a un ferrocarril desde el que se intuye el mar, su nombre sería Fénix. A estas alturas, sobran las metáforas y las comparaciones a las que aferrarse para intentar explicar las idas y venidas -o resurrecciones desde sus enésimas cenizas- que ha experimentado a través de las décadas el anhelo de un tren litoral en la provincia de Málaga. A la vista está la montaña rusa de seis meses con la que ha resurgido esta misma semana y con aparente consenso institucional esta viejísima aspiración. Y es que el mismo secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, que en invierno sembró serias dudas sobre el corredor ferroviario de la Costa del Sol ha regresado en verano para anunciar la disposición del Gobierno central a impulsarlo.
Esta última temporada del alargado ‘culebrón’ comenzó el pasado 2 de febrero. Entonces, en un foro sobre infraestructuras organizado en Málaga por el Club Diálogos para la Democracia, Santano representaba al Ministerio de Transportes e hizo unas polémicas declaraciones. Con aquellas manifestaciones no quedaba precisamente clara la intención del Gobierno en relación a la necesidad de ir más allá de la actual línea del Cercanías, que sólo alcanza desde Málaga hasta Fuengirola, para que el tren también llegue hasta Marbella y otras ciudades costasoleña. «En este momento, no tenemos datos que nos permitan avanzar a corto plazo en la dirección de ese tren de la Costa del Sol», dijo Santano sobre una reivindicación histórica que hasta entonces sólo se ha materializado con partidas presupuestarias testimoniales para estudios previos, como los 202.000 euros destinados en las cuentas de 2023, partidas de 82.930 euros en 2022 y 2021 o 140.000 euros en 2019.
La reacción del PP, que llevaba un tiempo acaparando con los problemas de movilidad una de las patas de su estrategia, no se hizo esperar. Se movilizó en las instituciones con mociones como la que, por ejemplo, tres semana después de las palabras de Santano llevó a la Diputación de Málaga a pedirle por unanimidad al Gobierno que impulsara el tren litoral hacia el Campo de Gibraltar y suspendiera mientras lo ejecutaba el peaje en la autopista de la Costa del Sol. Y ese consenso absoluto incluía los votos a favor del PSOE.
Sin embargo, el 1 de abril en una entrevista de Onda Cero, el ministro de Transportes Óscar Puente se mostró aún más categórico que Santano: «No es competitivo y es complicado, no hay un solo papel», dijo sobre la idea de llevar el tren al menos hasta Marbella. Su afirmación incendió el patio político. Hasta el punto de que el PP de Málaga acudió una semana después a la Subdelegación del Gobierno en Málaga para hacerle llegar a Puente un estudio informativo iniciado en 2015 y presentado en 2018 por el Gobierno de Mariano Rajoy, como muestra de que el ministro del PSOE «mentía» al decir que no había papeles para trabajar en el proyecto ferroviario. Aquello aumentó el bucle de la confrontación. Y el Gobierno le reprochó al PP que el estudio previo sobre el tren litoral «lo tuvo tres años metido en un cajón». «El estudio previo sobre esta infraestructura es de 2015, no de 2018 como intenta hacer creer el PP; y Óscar Puente en ningún momento ha negado que exista tal documento, sino que dijo textualmente que no hay ‘ni estudio de viabilidad, ni declaración de impacto, no hay ni un solo papel con el que trabajar’», llegó a apuntar el subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas.
Foto de familia con representantes del Gobierno central, la Junta, la Diputación y 18 ayuntamientos. / ÁLEX ZEA
Tanto las reticencias de Santano como las expresadas por Puente sirvieron de base para la ofensiva social y política sobre los problemas de movilidad -liderada por el PP- que ha atravesado la etapa previa al reciente compromiso del Gobierno central, para hacer ya un estudio de viabilidad sobre el tren y licitar otro informativo en 2025.
Eso sí, el acuerdo alcanzado por el Gobierno, la Junta, la Diputación y 18 ayuntamientos no se entiende sin el ‘volantazo’ al que se asistió el 7 de junio. Dos días antes de las elecciones europeas, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible anunció que convocaría una mesa de trabajo para abordar el tren litoral y otras cuestiones de movilidad de la Costa del Sol, y que para ello contaría con la Junta de Andalucía y los ayuntamientos de la zona. Tres semanas después, el Gobierno andaluz empezó a quejarse de que «era un anuncio electoral que se había quedado en nada». Y sólo habían pasado cinco días de la insinuación cuando trascendió que el 17 de julio se celebraría la reunión que algunos califican ya de «histórica».
Eso sí, en las dos semanas previas al cónclave de este pasado miércoles, el Ejecutivo nacional y la Consejería de Fomento se aplicaron con negociaciones en las que se sentaron las bases de un trabajo conjunto que no debería quedarse en un arrebato veraniego.
Suscríbete para seguir leyendo