La última encuesta del CIS confirma que el Gobierno cerró 2023 políticamente debilitado por asuntos como la reducción de penas a delincuentes sexuales tras la entrada en vigor de la ley del ‘sólo sí es sí’ o la reforma del Código Penal para eliminar el delito de sedición y rebajar la malversación. El Centro de Investigaciones Sociológicas aún mantiene al PSOE en el primer puesto, algo que no refleja ninguna empresa demoscópica privada. Pero lo hace entre señales de alarma. La fuga de votantes del PSOE se reactiva. No llega al alrededor de 600.000 votos que el propio CIS apuntaba en julio pero se acerca y vuelve a situarse en torno al medio millón.
En diciembre el voto socialista comenzó a flaquear con estos dos temas totalmente presentes en la agenda. Un mes después no hay signos de recuperación y permanece a la baja, con el PP cada vez más cerca. En noviembre, Pedro Sánchez tenía una holgada distancia de 5,5 puntos respecto a Alberto Núñez Feijóo, que en las últimas semanas del año se ha acortado. En el sondeo de diciembre ya era sólo de dos puntos y en el de enero, conocido este miércoles, de 1,7.
Toda la recuperación conseguida paulatinamente desde el verano se ha ido perdiendo desde que los socialistas decidieron impulsar la derogación de la sedición y cambiar el delito de malversación para beneficiar a los implicados y condenados del ‘procés’. Algo que, además, ahora está en duda de que vaya a suceder. Esta modificación del delito de malversación ha coincidido en el tiempo con el goteo continuo de reducciones de condena a violadores, que ha supuesto un foco de erosión permanente para el Gobierno. Y ha sido a partir de ese momento cuando el PP ha comenzado a recibir de nuevo un buen chorro de votantes procedentes del PSOE, acercándose peligrosamente a las cifras de julio cuando hasta el CIS dio por primera y única vez el liderato electoral al PP.
En ese momento, las tripas de la encuesta apuntaban a que 550.000 electores en voto directo -600.000 en voto estimado- que en 2019 habían apoyado a Sánchez se iban con Feijóo. En porcentaje el boquete era de un 8, 3%. Ahora es de un 6% lo que supone en voto real una fuga de alrededor de medio millón de votantes. Una cifra que desde el susto de julio había ido poco a poco moderándose. Fueron esos datos los que convencieron al presidente del Gobierno de que debía acometer ya los cambios en la cúpula del partido, con la sustitución de Adriana Lastra por María Jesús Montero, y lo que impulsaron la campaña del Gobierno y del PSOE para desmontar a Feijóo como líder moderado y buen gestor.
El ‘desmontaje’ de Feijóo Esa campaña y la contribución del propio Feijóo, que vio decaer lo que los expertos llaman efecto ‘luna de miel’ tras su estreno como dirigente popular, incurrió en varios errores e incluso pareció no encontrarse muy cómodo en la política nacional, dieron sus frutos y el apoyo al PP fue decayendo y también la migración de votantes socialistas. En noviembre se situaba en un 4,8%, en torno a 350.000 votos, lejos del 8,3% de julio. Pero a partir de ese mes, con la eclosión de la reforma, primero de la sedición y después de la malversación, la línea descendente se volvió ascendente y el trasvase de electores en la saca del PP engordó rápidamente. Un 6%, alrededor de 440.000, según la encuesta de diciembre. Un 7%, sobre medio millón, en la de enero.
En los territorios preocupan los posibles los efectos electorales de la rebaja de condenas a delincuentes sexuales y también que pase lo mismo con la reforma de la malversación, algo que el Gobierno dice que no va a ocurrir, aunque depende exclusivamente de los jueces. Pero en Ferraz estaba bastante asumida la factura de estos temas, sobre todo de los cambios en el Código Penal, ya que las consecuencias de la aplicación de la ley del sí es sí no estaban previstas.
Fuentes socialistas asumían hace unos días que la modificación de los delitos de sedición y malversación ha tenido efectos perniciosos, sobre todo en la movilización del electorado socialista, porque «es más fácil», contar a la gente la gratuidad del Cercanías que los motivos por los que se hace esta reforma. No obstante, creen que es algo «coyuntural», que se corregirá en los próximos meses y el PSOE volverá a tomar distancia del PP.