La futbolista española Jenni Hermoso ha prestado declaración ante un juez que investiga el beso que recibió del entonces presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, tras la victoria de España en la final del Mundial del pasado mes de agosto.
La decisión de Rubiales de tomar entre sus manos la cabeza de Hermoso y besarla en los labios provocó indignación y un debate nacional e internacional sobre el sexismo. También ha llevado a que Rubiales sea investigado por presunta agresión sexual y coacción por parte de un juez del máximo tribunal penal de España, el audiencia nacional.
Rubiales, quien renunció como presidente de la Federación Española de Fútbol en septiembre del año pasado, insiste en que el beso que plantó en los labios de Hermoso fue consensual y que había pedido su permiso. Pero Hermoso ha negado haber dado permiso y ha dicho que el incidente la dejó sintiéndose “vulnerable y víctima de agresión”. El delantero de 33 años presentó una denuncia penal contra Rubiales y los fiscales estatales lo acusaron de agresión sexual y coerción por supuestamente presionarla para que hablara en su defensa después de que sus acciones provocaron una controversia mundial.
Hermoso llegó al juzgado de Madrid poco antes de las 10.00 horas de este martes para prestar testimonio ante el juez Francisco de Jorge. Habló brevemente con los medios de comunicación después de la audiencia a puerta cerrada, deseándoles un feliz año nuevo y añadiendo: “Ha ido bien. Ahora todo está en manos de la justicia”.
El futbolista, que acaba de fichar por los Tigres mexicanos, ha rechazado cualquier insinuación de que el beso haya sido consentido y ha calificado de «categóricamente falsa» la afirmación de Rubiales de que ella le había dado permiso para besarlo. Hermoso dijo que decidió denunciar lo sucedido porque “ninguna persona, en ningún ámbito laboral, deportivo o social, debe ser víctima de este tipo de conductas no consentidas”.
Y agregó: “Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, de un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún consentimiento de mi parte. En pocas palabras, no fui respetado”.
Hermoso también dijo que el incidente y sus consecuencias le habían pasado un precio enorme. “Estas semanas han sido muy difíciles”, dijo en una entrevista con GQSpain el año pasado. He tenido que asumir las consecuencias de un acto que no provoqué, que no había elegido ni premeditado. He recibido amenazas y eso es algo a lo que uno nunca se acostumbra”.
Rubiales, quien podría enfrentar una multa o hasta cuatro años de prisión si es declarado culpable de agresión sexual, ha negado haber agredido o coaccionado a Hermoso y ha prometido limpiar su nombre. «Creo en la verdad y haré todo lo que esté en mi poder para asegurarme de que prevalezca», dijo cuando renunció como jefe de la federación hace cuatro meses.
El exjugador de 46 años dijo que aunque su familia y sus allegados habían sufrido “los efectos de una persecución excesiva” y “muchas mentiras”, sentía que el público sabía la verdad.