Un fiscal ha presentado una denuncia ante el Tribunal Superior de España contra Luis Rubiales, citando preocupaciones de que podría haber motivos para acusar al jefe de fútbol de agresión sexual y coacción, después de que le plantó un beso en los labios a la futbolista Jenni Hermoso.
La denuncia, que llega días después de que Hermoso presentara una denuncia penal acusando a Rubiales de agresión sexual, solicita que el tribunal coloque a Rubiales bajo investigación formal. A partir de ahí, el tribunal puede decidir si se justifican cargos contra Rubiales.
A principios de esta semana, la fiscalía dijo que la sentencia por un cargo de agresión sexual oscilaba entre una multa y una pena de prisión de entre uno y cuatro años.
La denuncia presentada el viernes, casi tres semanas después de que Rubiales agarrara a Hermoso por la cabeza, la atrajera hacia él y le plantara un beso en los labios después de la final de la Copa del Mundo, también instó al tribunal a considerar un posible cargo de coerción.
“En su declaración, [the player] También afirmó que ella y su familia inmediata sufrieron constantes y reiteradas presiones por parte de Luis Rubiales y su entorno profesional para justificar y aprobar lo sucedido”, señala la denuncia, según el diario El País.
“Hermoso sufrió una situación de acoso que le impedía vivir libremente y en paz y tranquilidad”.
En un comunicado publicado a finales del mes pasado, Hermoso dijo que el incidente la había dejado sintiéndose “vulnerable y víctima de agresión”. Ella caracterizó el beso como un “acto impulsivo, sexista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte”.
Su declaración se produjo tras días de indignación durante los cuales Rubiales intentó tachar a los críticos del beso de «idiotas y gente estúpida», antes de ofrecer una disculpa que fue descrita por el primer ministro en funciones del país, Pedro Sánchez, como insuficiente.
Rubiales, de 46 años, intentó más tarde presentar el beso como consensual. En un comunicado enviado a los medios españoles el pasado viernes, Rubiales reiteró esta afirmación, argumentando que el acto fue “mutuo y consensuado”. El jefe de fútbol no respondió a una solicitud de comentarios de The Guardian el viernes, enviada a través de la Federación Española de Fútbol.
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Casi una semana después del incidente, Rubiales fue suspendida provisionalmente por la FIFA y se le ordenó abstenerse de contactar con Hermoso y sus allegados. Días después, mientras continuaba el alboroto por el beso y por Rubiales agarrándose la entrepierna mientras La Roja ganó la Copa Mundial Femenina, la federación le retiró su apoyo y exigió su dimisión.
A principios de esta semana, la federación buscó distanciarse aún más de Rubiales con un comunicado en el que pedía disculpas por el “enorme daño” causado por las acciones de su presidente. A pesar de sus acciones, Rubiales aún no ha dimitido de su cargo.