Se ha lanzado un nuevo partido político en España, compuesto por más de una docena de grupos de izquierda y dirigido por una comunista de toda la vida que aspira a convertirse en la primera mujer presidenta del país.
Yolanda Díaz, quien actualmente es vicepresidenta y ministra de trabajo, ha cambiado drásticamente el panorama político de España con la formación del partido Sumar (Unidos).
Díaz ha conseguido reunir a varios grupos políticos, así como a dos ministros del Gobierno y personalidades destacadas como los alcaldes de Barcelona y Valencia. Sumar estará en las papeletas cuando España acuda a las urnas en diciembre, con Díaz a la cabeza.
Díaz le dijo a una entusiasta multitud de 5.000 personas que acudieron a Madrid el domingo para el lanzamiento: “Quiero ser la primera mujer presidenta de España porque ha llegado el momento de las mujeres, y las mujeres quieren ser las que hagan historia”.
“Las mujeres no son de nadie, ni yo, mujer, soy de nadie. Estamos cansados, muy cansados, de ser condescendientes e ignorados”.
Notablemente ausente de la alianza está Podemos, el partido de izquierda que actualmente forma parte del gobierno de coalición con el principal Partido Socialista Obrero Español, que se negó a unirse debido a una disputa sobre cómo Sumar organizaría las primarias.
Díaz dijo: “Desde el principio, Sumar ha querido unas primarias en las que pueda participar la ciudadanía, no unas bilaterales con Podemos”. Añadió que no sería un desastre que Podemos no se uniera a la alianza.
Pablo Iglesias, miembro fundador y exlíder de Podemos, que se ha opuesto a unirse a Díaz, dijo que sería “una tragedia electoral y política” si Sumar saliera adelante sin el apoyo de Podemos.
Sin embargo, las encuestas muestran a su partido en caída libre electoral. Con algunos miembros del partido cansados de lo que ven como el gobierno autocrático de Iglesias y su esposa, la ministra de Igualdad Irene Montero, muchos pueden gravitar hacia Sumar.
Diáz dijo que la primera persona con la que discutió el proyecto Sumar fue Iglesias, pero agregó que los dos no han hablado desde que tuvieron lo que describió como una “conversación muy interesante” en enero.
Aunque de ninguna manera es un centrista, Díaz quiere romper con la política bipartidista. Ella dice que quiere que Sumar sea “útil” para resolver los problemas de las personas y usa con frecuencia las palabras “escuchar” y “diálogo”.
Su atención se centra en el empleo y la vivienda, y quiere introducir una semana laboral más corta sin pérdida de ingresos y una mayor protección para las personas con empleos precarios.
Díaz evita el tono combativo y acusatorio que domina la cultura política española. A diferencia de Podemos, ella no arremete contra la extrema derecha, el poder judicial, los banqueros o la monarquía. Se la ha visto centrada en soluciones prácticas a los problemas de la vida cotidiana, en lugar de consignas o ondear banderas.
La oposición conservadora, que espera beneficiarse de una izquierda dividida si Podemos se niega a unirse a Sumar, descartó rápidamente la alianza como un truco electoral.
Alberto Núñez Feijóo, líder del conservador Partido Popular, dijo: “Tienen que cambiar el nombre porque no tienen nada que ofrecer y la gente pronto se dará cuenta de que son los mismos de siempre”.
Javier Ortega Smith, vicepresidente del partido de extrema derecha Vox, dijo: “Si realmente quieren unirse, deberían unirse a las procesiones de Semana Santa donde los españoles pueden encontrar mucho más consuelo para los problemas que enfrentan”.