España tiene su hoja de ruta en materia de inteligencia artificial (IA) que, además del aspecto tecnológico, incide en en uso del castellano y las otras lenguas cooficiales, como el catalán, el aranés, el gallego, el euskera y el valenciano, y su empleo en las administraciones públicas y en las empresas. En mayo del año pasado, el Ejecutivo aprobó su estrategia en la materia que da continuidad y refuerza la diseñada en 2020 y se incluye en el plan de recuperación. La estrategia 2024-2025 se dotó con 1.500 millones de euros procedentes esencialmente del plan de recuperación y de su adenda. Esta cantidad se suma a 600 millones ya movilizados a través de la anterior estrategia, en 2020. A su vez, en enero el Gobierno anunció una inversión adicional de 150 millones para fomentar la integración y uso de la IA en las empresas, con especial atención a las pymes.
Otro vehículo es la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (bautizada como ‘SEPI digital’), que también invierte en el sector, pero a un ritmo aún lento, ya que tiene que administrar en torno a 20.000 millones antes de agosto de 2026, en los que se incluyen los 12.000 millones del denominado Perte chip. Según Vozpopuli, casi tres años después de arrancar el Perte Chip, solo se han comprometido 290 millones, el 6,4% del total. Este mismo mes ha invertido 9 millones de euros en la empresa madrileña Sensia, especializada en tecnología infrarroja aplicada a la detección temprana de incendios forestales y fugas de gases. Otra inversión ha sido de 4 millones con la entrada en el capital de la canaria Wooptix, dedicada a la fabricación de equipos de metrología de semiconductores, que resulta clave para la producción de chips.
Las cifras que se manejan se empequeñecen frente a los 500.000 millones anunciados por Donald Trump en EEUU. Incluso queda muy reducido si se mira a escala de la Unión Europea (UE) con los 200.000 millones que esta misma semana anunció la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que se pretenden movilizar en el viejo continente, de los que solo la cuarta parte procederán del sector público.
En este contexto, el presidente Pedro Sánchez anunció recientemente la construcción de un gran modelo fundacional de lenguaje de IA, entrenado específicamente en español y lenguas cooficiales, en código abierto y transparente, y con la intención de incorporar a los países iberoamericanos. Se trata de Alia, la primera infraestructura pública europea, abierta y multilingüe que, «gracias a las capacidades únicas de supercomputación del Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), refuerza la soberanía tecnológica de España y Europa en el desarrollo de una IA transparente, responsable y al servicio de las personas», según la Conselleria de Recerca i Universitats de la Generalitat.
En la actualidad hay ‘startups’ españolas que han mostrado un crecimiento notable en el ámbito de la IA. Es el caso de SintonAI, que se centra en desarrollar tecnologías propias para la optimización de procesos empresariales. También, compañías como AR Vision, con sede en Granada, han innovado en el uso de tecnologías inmersivas como la realidad aumentada para ofrecer información turística y cultural a través de aplicaciones móviles. El ámbito de la ciberseguridad es otra de las apuestas para emplear la inteligencia artificial.
El impulso a la IA también está recogido también la Agenda España Digital 2026 «como un elemento clave de carácter transversal para transformar el modelo productivo e impulsar el crecimiento de la economía española», según el Gobierno. Entre otras medidas, el Ejecutivo ha destinado 50 millones a financiar grandes proyectos de investigación y desarrollo, así como 62 millones a la creación de la primera fábrica de IA de España, que posiciona al Centro Nacional de Supercomputación como referencia mundial. Esta será una de las siete fábricas de inteligencia artificial de la Unión Europea (UE). El BSC-CNS, que aloja el supercomputador MareNostrum 5, uno de los más potentes del mundo, ha sido seleccionado por Bruselas y recibirá una inversión cercana a los 200 millones de euros para desarrollar un ecosistema de sistemas avanzados de IA que acelere la adopción de esta tecnología.
Todo ello forma parte del proyecto de la Comisión Europea , el AI Factory, que a partir de este año movilizará 1.500 millones de euros para crear una red europea de superordenadores que impulse la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+I) tecnológica entre los 27 miembros del club comunitario, posicionando así Europa como referente mundial en el emergente mercado de la IA. Se espera que a finales de 2025 esté plenamente operativo.
El estudio HispanIA 2040, liderado por la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del Gobierno, destaca que la IA permitirá mejorar la eficiencia, la productividad y realizar algunas tareas con mayor rapidez. En sectores como el comercio, la consultoría o el transporte, su empleo en la redacción o atención al cliente «podría generar, de media, ganancias de eficiencia de hasta el 13%».
Y, en sanidad, se podrían reducir «significativamente la carga administrativa de los profesionales. Por ejemplo, en la atención primaria, los podría liberar de hasta 5 consultas al día; mientras que en la especializada podría reducir las lista de espera en 22 días». Y un mismo efecto podría impactar en el ámbito educativo, al liberar a los docentes de tareas administrativas.
Los objetivos de la hoja de ruta del Gobierno son fortalecer el despliegue de la IA a toda la economía con incidencia en la supercomputación, las infraestructuras en la nube, modelos de lenguaje en IA y la necesidad de talento. Otro meta clave es facilitar la aplicación de la IA en el sector público y privado. Un elemento básico es emplear la IA para «mejorar la prestación de servicios a los ciudadanos y servir como catalizador del cambio en el sector privado». Para ello la Administración impulsa, a través de un laboratorio de innovación, proyectos piloto de IA y soluciones innovadoras. Además, desarrolla un modelo de gobernanza común de datos. Para promover el desarrollo de la IA en el sector privado, el Gobierno ya tiene en marcha el programa Kit Consulting y ha ampliado el programa Kit Digital. También se persigue fomentar una IA «transparente, responsable y humanística». España, a través de la Agencia Española de Supervisión de la IA (AESIA), creada en agosto de 2023, aspira a liderar el uso de una inteligencia artificial «responsable, segura y ética, y a establecer un marco de gobernanza que asegure los máximos niveles de transparencia y confiabilidad».