Celebramos el Día de la Lectura en Mijas. ¿Qué lee Ana Lena Rivera?
Lecturas de diferentes géneros. Me gusta mucho la novela policíaca para entretener. Cuando quiero una lectura, digamos, indolora, me leo policíaco, porque al final la lectura tiene diferentes funciones según el momento en el que te encuentres. Cuando lo que necesito es entrar un poco en mí misma, analizar mis sentimientos o tener una experiencia más profunda, me voy a la literatura intimista. Uno de estos libros que he leído y releído se llama Nada se opone a la noche, de Delphine de Vigan. Pero también leo novelas de humor, me gusta Eduardo Mendoza. O sea que depende de lo que necesite en cada momento. Lo que nunca hago es, mientras escribo, leer el mismo género que estoy trabajando.
¿Qué influencias han sido más importantes en su desarrollo como escritora?
De todo. Empecé con tres años a leer porque tenía hiperlexia. Leía todo lo que caía en mis manos. Yo era mala comedora, si no tenía un libro no comía. He leído todo tipo de géneros. Mi hermano me saca diez años y tenía una gran biblioteca y leí muchos de sus libros.
¿Cómo fue la transición de sus primeras novelas negras hacia sus últimos libros, más enfocados hacia otro tipo de temas cómo es el género histórico? Ese cambio de temática y género, ¿tiene un por qué?
Tiene un porqué, sí. Yo empiezo escribiendo novela policíaca porque me gusta leer policíaco. Pero es verdad que yo me dedico a la escritura con un propósito personal. Y es dar voz a los que no la tienen. Siempre había oído lo de la novela histórica, que creo es el género que menos he leído como lectora y nunca pensaba que fuera a escribir porque no me gusta la historia. Entonces, cuando escuché a las mujeres en el taller de costura de mi tía hablando de cómo eran sus vidas; cuando escuché a mi padre hablar de mis abuelos en la cuenca minera asturiana o a mi suegra hablar de cómo su madre se metió en el Palmar de Troya, me di cuenta de que no me gustaba la historia porque no contaba la historia real de las familias, entonces tuve la suerte de contar esta idea en Penguim Random House, les gustó y aquí estamos.
¿Ha considerado escribir otros géneros diferentes de la novela negra y de lo que está haciendo ahora?
Sí, pero de momento mi próxima novela es una novela ambientada en el siglo XX, es decir, de historia contemporánea.
¿Qué tipo de mensajes quiere transmitir a través de su escritura?
Dar voz a todos los que no la tuvieron. Entonces creo que es muy importante mostrar a los lectores, a los que quieran leerlo, que uno se acerca a la lectura porque quiere, porque le gusta y porque quiere escuchar lo que le están contando ¿no? Y contar cómo fue la vida de nuestras madres, abuelas y bisabuelas. Y aprender sobre todo de las mujeres y también de los hombres porque al final la sociedad la formamos todos, y el machismo no tiene género, tú puedes ser mujer y ser machista, eso no es una cosa incompatible. Pero creo que es importante mostrarlo, porque parece que hemos llegado hasta aquí de la nada.
Hábleme de los personajes femeninos de sus novelas. Ha dicho que son las grandes olvidadas de la historia.
Totalmente. Ellas no escribían la historia y nadie escribía de ellas.
¿Cómo es su proceso creativo? ¿Le cuesta mucho escribir?
Hay una fase siempre previa de documentación. Normalmente todo parte de una idea. La verdad es que lo que estoy contando a través de los personajes de mis novelas son historias que le sucedieron a otras personas, lo que pasa es que con muchas de esas historias yo compongo la vida de estos personajes que al final terminan siendo vidas de ficción y personajes de ficción que, normalmente, vienen de algunas historias que me resuenan mucho y a partir de ahí construyo la vida de los personajes para lo que previamente he hecho un proceso de documentación tremendo, porque una cosa es recordar las cosas que te han contado y otra cosa es que esas cosas hayan podido suceder en esos hechos tal y como yo lo recuerdo. Y luego hay que ambientarlos, hay que enmarcarlos en el contexto histórico, hay que contar cómo eran las cosas. Además a mí me gusta darle un punto más allá de credibilidad y de veracidad y en el que los pequeños detalles que aparecen en mis novelas también son reales.
¿Cómo afronta la relación con sus lectores?
A mí me encanta el contacto con los lectores. Yo soy fan y me encantan los clubes de lectura porque son lectores que ya te han leído y puedes hablar con ellos de todo. Aprendo un montón. Al final me dan versiones de mi propia novela que son distintas. Las redes sociales nos acercan mucho a los lectores. Yo tengo los mensajes abiertos e intento responder a todo el mundo y cualquiera me puede decir cosas. Tenemos herramientas como Zoom, para poder conectarnos y hablar, por ejemplo, con lectores de USA o de México . Y eso es una pasada, esto hace 20 años no pasaba. Me encanta porque se da una cantidad de información, un contacto directo que no se olvida. Además de una capacidad de fidelizar al lector explicándole el porqué de las historias, que a mí me parece que a los lectores nos ayuda muchísimo.
¿Qué significa para usted el concepto de éxito? Cuando lo alcanza y vende un montón de ejemplares como es su caso.
Para mí, el éxito es levantarme todas las mañanas con ganas de ponerme a trabajar. Si me ocurre eso, tengo éxito. Si eso no me ocurre da igual los libros que haya vendido. Yo lo que necesito es cada mañana saber que lo que hago lo hago por una razón, que conecta con mi propósito y me levanto con una sonrisa, me pongo un café, me siento delante del ordenador y soy feliz con lo que hago. n