Un final a medio gas. The Umbrella Academy estaba llamada a ser la respuesta de Netflix a Marvel y DC en la fiebre por los superhéroes. La adaptación para el gigante del streaming de los cómics de la editorial independiente Dark Horse le permitía codearse de tú a tú con sus rivales. Sin embargo, ha acabado despidiéndose casi por la puerta de atrás con una cuarta temporada en la mínima expresión con tan solo seis episodios en lugar de los diez de las anteriores, así como un desenlace que tampoco ha sido del agrado de todos los fans. Es otro de los títulos que antaño fueron bandera de la gran N roja, pero que se han despedido de una manera un tanto fría por parte de la plataforma. Era una de las series más vistas de Netflix, pero el controvertido desenlace no ha incendiado las redes, como, salvando las distancias, ocurrió con Lost o Juego de Tronos.
Los últimos episodios de Umbrella Academy han llegado cuando en los cines está arrasando el único filme que la todopoderosa Marvel ha decidido estrenar en la gran pantalla este 2024: «Deadpool & Wolverine». Puede ser una paradoja que en plena era del streaming, los mutantes del UCM hayan podido eclipsar a la respuesta de la familia Hardgreeves ante el nuevo armagedón. Y es que entre película y serie hay ciertos elementos en común. El uso de los multiversos, un cierto tono paródico del género y la idea de un sacrificio final para poder salvar el tejido de la realidad. Incluso hasta hay una escena postcréditos al más puro estilo de Marvel, aunque la interpretación sobre su contenido está abierta y queda al gusto de cada espectador.
La pregunta que la escena postcréditos nos deja encima de la mesa es ¿es esto el final o no? Mientras que «Deadpool and Wolverine» se anunciaba como el desembarco de los mutantes en el universo cinematográfico de Marvel, la realidad es que la película tiene un aire como de despedida a todo el universo de ficción creado por la Fox durante los años que tuvo los derechos de los personajes de la editorial. Culminada la absorción por Disney no sabemos si habrá reinicio de todas esos títulos, o bien el éxito del blockbuster veraniego obligue a los estudios a seguir exprimiendo la gallina de los huevos de oro. «Esto es Disney te mantendrán trabajando hasta los 90 años», dice en una de las escenas del filme el mercenario bocazas al canadiense de las garras de adamantium. Daredevil ya se las ha arreglado para volver al imperio, aunque, eso sí, falta que se arregle el desaguisado causado por el fallido material que había rodado para Daredevil Born Again y que un oportuno giro de timón intenta corregir con un relevo en los equipos creativos de la serie.
También en Umbrella Academy nos queda la duda de si este universo de ficción se las arreglará para volver. Los principales argumentos para que no lo haga son totalmente ajenos a la trama. Semanas antes del estreno, la revista Rolling Stones publicaba denuncias por parte del reparto por el ambiente tóxico y bullying en el rodaje creado por el showrunner de la serie, Steven Blackman. Una bomba de relojería que quizá podría explicar por qué Netflix decidió despedir la serie por la puerta pequeña antes de que le estallara entre las manos. Blackman tras el desenlace se resiste a decir que este sea un final definitivo y que, de alguna manera, podrían encontrarse otras historias que contar, mientras que los miembros del reparto sostienen que ni de broma. Que todo está perfecto como está y no figura en sus planes embarcarse en nuevos episodios. ¿Se han encontrado con su propio Reginald Hardgreeves en la vida real? Sir Reginald (Colm Feore) es el mentor que reunió a los chicos de la Academia Umbrella desde el momento de su nacimiento y los entrenó para salvar el mundo. Apocalipsis tras apocalipsis y realidad alternativa tras realidad alternativa, los miembros de este disfuncional equipo de superhéroes se han encontrado con que su maestro tenía más de un lado oscuro y han ido pasando de la admiración al desprecio. Y eso que estos últimos episodios han presentado a la versión de Sir Reginald más positiva y, de alguna manera, logran la redención del personaje.
El hecho de que esta sea una temporada mucho más corta que las anteriores deja todo un poco cojo. Con tramas que no terminan de desarrollarse y que quizá pudieran haber podido llegar a algún lado de haber contado con más episodios. El dúo de villanos de esta entrega formado por los doctores Jean y Gene (Nick Offerman y Megan Mulally), líderes de la secta de Los Guardianes, prometían estar al nivel de Hazel y Cha-Cha (Cameron Britton y Mary J. Biggle), la pareja de sicarios de los primeros capítulos, sin que hayan llegado a ser una amenaza seria. Por lo demás, en esta temporada se ha culminado la transformación de Elliot Page de Vanya en Viktor, golpe de guión que la serie integró respetuosamente tras la declaración de Page como persona transgénero en la vida real. Otras tramas son la crisis matrimonial entre Lila y Diego (Ritu Arya y David Castañeda), con Número Cinco (Aidan Gallagher) y un extenso laberinto de líneas de metro multiversales por en medio; la nueva vida abstemia de Klaus (Robert Sheehan); mientras que los personajes de Luther y Allison (Tom Hopper y Emmy Raver-Lampman) han quedado muy desdibujados en estos episodios finales. Y sobre todo el regreso de Ben, el hermano fallecido de la familia, que acaba siendo la pieza central del argumento, como Vanya lo fue en la primera temporada. Los chicos de la Academia Umbrella han vuelto al salvar el mundo y nos han dicho adiós. Pero, como en la serie, parece que el mundo no se ha dado cuenta.