Tras descubrir que en el mundo de los superhéroes se encontraban los elementos para el resurgimiento de la taquilla, Hollywood puso la maquinaria en marcha y dotó de prioridad máxima todo proyecto que contuviera algún tipo de esencia del arte de las viñetas en su faceta superheroica: Shazam, La Liga de la Justicia y el propio Superman. A sabiendas de que ni todas ellas juntas le hacían sombra al caballero de Gotham, MAX decidió crear junto a Lauren LeFranc una serie sobre uno de los personajes más icónicos de la saga y que mejor acogida había tenido por parte del público en ‘The Batman’ (2022). ‘El Pingüino’, el resultado, es una serie de ocho episodios que se sostiene gracias a una acumulación de talento y buen trabajo del que se pueden resaltar los más llamativos.
El exceso de maquillaje no le impide a Colin Farrell retratar a Oz Cobb, un gángster mediocre, al que insufla desesperación, con cierta grandeza utópica. El Pingüino es una marioneta de los grandes jefes de la mafia que, a diferencia de los demás, ve en todo aquello que hace mal una oportunidad para enarbolar una falsa grandeza. En cada mirada del caracterizado actor irlandés se puede leer cada uno de sus pensamientos atropellados, su obsesión por el caos y la esencia del maquiavelismo puro, reforzado por cada una de las fallas de su rostro, todo en conjunto forman la desesperación.
La puesta en escena de una Gotham real, putrefacta, oscura y sin esperanza, es otro de los puntos fuertes. Aún con la resaca de la inundación de ‘The Batman’ (2022) esta nueva ciudad nada le tiene que envidiar a los universos creados por Tim Burton y Christopher Nolan. La Gotham de LeFranc posee personalidad propia, está diseñada para reforzar la personalidad de sus protagonistas.
Pero en la serie de MAX hay un as en la manga guardado para los espectadores más exigentes: Cristin Milioti, como Sofia Falcone, y Deirdre O’Connell, como madre del propio Pingüino. Olvidémonos de la trama principal gangsteriana y de todo aquello que nos recuerde a alguien vestido de murciélago. El diamante en bruto de ‘El Pingüino’ son los personajes de Sofia y Deirdre, que colocan a esta serie de superhéroes sin superhéroes (no olvidemos que Batman ni está ni se le espera) en un nivel superior. Milioti y la veterana O’Connell transportan a sus personajes a otra dimensión. Mientras los demás utilizan la maldad para conseguir todo aquello que desean Milioti la fairica y O’Connell la disfraza. Lo que diferencia esta serie de otras del estilo son sus tramas secundarias y los personajes que le dan vida. roles creados con la intención de encontrar en todo este universo urbano de personajes oscuros y siniestros aquello que les queda de humanidad con la intención de arrebatárselo y convertirlos en monstruos.