El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, ha convocado este lunes una reunión del comité de emergencias COBRA para dar respuesta a los disturbios contra la inmigración alentados por la extrema derecha en los últimos días. Un encuentro en el que participarán altos cargos del Gobierno, responsables de las fuerzas de seguridad y miembros de los servicios de inteligencia para analizar los incidentes que se han repetido en los últimos días en ciudades del norte de Inglaterra, como Liverpool, Bolton y Middlesbrough, y que han dejado una decena de agentes heridos y cerca de 150 detenidos este domingo.
La tensión ha ido en aumento en las últimas horas tras el ataque contra un hotel en la localidad de Rotherham, en el que se alojan solicitantes de asilo, donde cerca de 700 manifestantes se han enfrentado a la policía, han roto ventanas e incluso han tratado de prender fuego al edificio. También se han registrado episodios similares en Tamworth, cerca de Birmingham, y en Weymouth, donde sigue atracada la barcaza para solicitantes de asilo ‘Bibby Stockholm’ a pesar de que el Gobierno laborista ya ha anunciado su cierre el próximo enero. La policía se ha visto obligada a intervenir en esta localidad del sur de Inglaterra tras el enfrentamiento de este domingo entre militantes de extrema derecha y defensores de los derechos de los refugiados.
Respuesta policial“Las personas que han participado en estos disturbios se someterán a la justicia. La policía llevará a cabo detenciones, los individuos serán custodiados y se presentarán cargos y condenas”, ha dicho Starmer en una comparecencia en Downing Street este domingo. El primer ministro ha anunciado que reforzará el personal en los juzgados para procesar a los detenidos y ha garantizado su rápido traslado a los centros penitenciarios a pesar de los problemas de espacio detectados en los últimos meses. “Os garantizo que os arrepentiréis de formar parte de estos disturbios, ya sea de forma directa o a través de internet”, ha añadido.
La de este domingo ha sido la sexta jornada de disturbios en el Reino Unido tras el asesinato de tres niñas el pasado lunes en un evento infantil en Southport, en el noroeste de Inglaterra. La propagación de noticias falsas a través de las redes sociales, en las que se vinculaba al autor de los ataques con el islam y con los solicitantes de asilo, ha desatado la mayor ola de violencia de la última década en el país, a pesar de que la propia policía ha confirmado que el presunto asesino es un joven británico de 17 años nacido en la ciudad galesa de Cardiff, de ascendencia ruandesa. La información revelada por los agentes ha desmentido los rumores que apuntaban a que había llegado de forma irregular al país el año pasado a través del Canal de la Mancha, pero que no han logrado por ahora contener las protestas.
Algunos líderes políticos han pedido el despliegue del Ejército para frenar la ola de violencia, al mismo tiempo que crecen las voces que piden que se retome la actividad en el Parlamento, actualmente en el receso de verano, para abordar esta cuestión. Unas propuestas que el Gobierno ha descartado por ahora, a pesar de las dudas generadas por la falta de rapidez y de eficacia en la respuesta policial después de casi una semana de disturbios.
Noticias falsasPor ahora el Ejecutivo ha puesto el foco en los agitadores de extrema derecha y en las empresas tecnológicas por su papel en la propagación de noticias falsas. “Las redes sociales actúan como un sistema de propulsión detrás de la propagación de la desinformación y de la organización de esta violencia”, ha dicho este lunes la ministra del Interior, Ivette Cooper, a la BBC. “Las compañías tecnológicas deben asumir responsabilidades y tenemos que garantizar que la criminalidad a través de internet es perseguida”.
Tanto la ministra del Interior como el propio Starmer han insistido en que las protestas de los últimos días no representan a la sociedad británica y han cargado con dureza contra los participantes en los disturbios. El Gobierno ha anunciado el refuerzo de la seguridad de las mezquitas para proteger a la comunidad musulmana, bajo el paraguas de un programa ya existente valorado en 51 millones de libras esterlinas (cerca de 60 millones de euros). “Hay considerables recursos policiales adicionales a los que las fuerzas pueden recurrir”, ha señalado Cooper. El Ejecutivo confía en que los principales focos de violencia recuperen la normalidad en las próximas horas tras un fin de semana marcado por las protestas.