La investigación sobre la radical desaparición en Estepona del británico Daniel Poole y su hijo Liam en marzo de 2019 sigue viva. Al menos en Reino Unido, donde a principios de este mes de diciembre la policía de Sussex, condado del sur de Inglaterra donde vivían los desaparecidos, anunció la detención de dos personas por su presunta vinculación con un caso que allí se trata como un doble asesinato. Sobre los sospechosos apenas ha trascendido que uno tiene unos 30 años, el otro unos 40 y que son de West Sussex y Merseyside. Ambos fueron puestos en libertad con cargos tras ser interrogados.
Este impulso a la investigación en Reino Unido llegó poco después de la recompensa de 10.000 libras esterlinas (12.125 euros) que la policía británica ofreció en noviembre a quien aporte información que permita detener y acusar a los responsables de las desapariciones. «Aunque Danny y Liam desaparecieron en España, creemos que hay personas en Reino Unido que pueden tener información relevante», aseguró el inspector jefe Simon Dunn.
Sube la recompensaNo es la única gratificación que gira en torno al caso. Hace unos días, Crimestoppers, la organización benéfica británica que trabaja en casos sin resolver, dobló la recompensa para quien desatasque definitivamente el caso. Ofreció hasta 20.000 libras (24.244 euros), si bien el plazo expirará el 9 de marzo de 2025. La organización advierte de que la compensación solo se pagará por la información que se aporte directamente a Crimestoppers (teléfono 0800 555 111). En España, el caso cayó en manos de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional por su más que probable vinculación con el narcotráfico, pero la investigación ha arrojado hasta el momento la misma luz que interés mediático.
¿Qué ocurrió?Daniel, entonces de 46 años, y su hijo, de 22, volaron desde Gatwick (Londres) a Málaga el 31 de marzo de 2019 y alquilaron un Peugeot 308 de color gris con el que se trasladaron al lujoso resort de golf de Estepona en el que iban a alojarse. Se les perdió todo rastro un día después, el 1 de abril, fecha del último contacto con su familia, y el coche fue hallado abandonado varias semanas después a varios kilómetros del hotel. La Policía Nacional encontró en sus alojamientos los equipajes y los pasaportes, lo que sugiere que no desaparecieron de forma voluntaria y planificada. Era la tercera vez que visitaban la Costa del Sol en cuatro meses y en esa ocasión viajaron con una gran cantidad de dinero en efectivo que nunca ha sido recuperado.
La familia de los Poole, que da por hecho que Daniel y Liam se vieron involucrados en un negocio turbio, aseguró que un día después de la desaparición recibieron un mensaje en el que le daban 24 horas para llevar 100.000 libras a Tánger si querían volver a verlos vivos. Distintos medios británicos han informado estos años de que, antes de desaparecer, padre e hijo cenaron en un restaurante asiático con dos compatriotas con antecedentes.
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