Uno de los juicios más importantes por la guerra de Kosovo ha empezado este lunes en La Haya. En el banquillo de los imputados del Tribunal Especial para Kosovo se ha sentado Hashim Thaci, también conocido como la Serpiente durante sus días de armas, exprimer ministro y expresidente de Kosovo, pero sobre todo antiguo líder guerrillero del Ejército de Liberación de Kosovo (UÇK, por sus siglas en kosovar). La fiscalía lo presenta como un sanguinario que es culpable de crímenes de guerra. Él lo niega.
La lista de cargos contra Thaci es impresionante. El político kosovar está acusado penalmente de cuatro crímenes de guerra y seis de lesa humanidad, incluidos tortura, trato cruel, actos inhumanos, persecución, detención arbitraria, desaparición forzada y asesinato de cien personas entre al menos marzo de 1998 y finales de 1999. Junto a Thaci, también enfrentan el juicio —cuyas audiencias posiblemente continuará todo el año—, otras figuras de peso de la política en Kosovo, como Kadri Veseli, expresidente del Parlamento kosovar, Jakup Krasniqi, presidente del Consejo Nacional del partido Iniciativa Socialdemócrata y Rexhep Selimi, jefe del grupo parlamentario opositor Vetevendosje, el partido que hoy gobierna en Kosovo.
«Estos cuatro hombres eran sin duda los máximos dirigentes del UCK y fueron celebrados y honrados por ello», declaró el fiscal Alex Whiting. «Pero su liderazgo tenía un lado más oscuro», afirmó. «No soy culpable en absoluto», le respondió Thaçi, quien acudió a la cita vestido con un traje gris y una corbata azul.
Los hechos se remontan a la época más sangrienta del conflicto kosovar, desencadenado por la disolución de Yugoslavia y que se desarrolló como un gran enfrentamiento étnico entre serbios y albanokosovares. El periodo, de hecho, coincide con el aumento de ataques del UÇK contra el ejército de Serbia desplegado en Kosovo y también el bombardeo de Belgrado por parte de la OTAN, un ataque que dividió las sociedades occidentales pero que finalmente frenó la duras represalias de las fuerzas serbias contra la comunidad albanokosovar de Kosovo. Thaci fue formalmente acusado en 2020 y una última versión de su auto de incriminación fue elaborado en febrero pasado.
Víctimas civiles Según la acusación, los delitos fueron cometidos en varios lugares de Kosovo, así como en Kukës y Cahan, en el norte de Albania. En concreto, en el auto se alega que Thaçi, Veseli, Selimi y Krasniqi son presuntamente responsables de agresiones contra “cientos de civiles y personas que no formaban parte de la hostilidades”, según ha recordado la fiscalía. Los tres “formaron parte de un ataque generalizado y sistemático contra personas sospechosas de oponerse al UÇK”, se ha añadido.
Unos 140 testigos han sido admitidos a declarar durante el proceso, lo que incluye a víctimas y también a familiares de personas que han muerto. Muchos de ellos han sido ya escuchados con un especial régimen de protección, por motivos de seguridad. Por su parte, desde 2020, Thaci ha estado esperando este juicio en una cárcel de la Haya.
Años para el juicio El juicio más importante hasta ahora celebrado por el Tribunal Especial para Kosovo, organismo que empezó a trabajar en 2017, también empieza entre polémicas. Estas últimas vienen de algunas organizaciones no gubernamentales de Kosovo que se han quejado que no hay imputados serbios entre los acusados de los cuatro juicios en curso en La Haya. Tanto es así que la primera sentencia por crímenes de guerra, emitida en diciembre, fue contra Salih Mustafa, un excomandante del UÇK.
La primera en levantar las sospechas sobre Thaci fue la exfiscal del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), Carla del Ponte, que en un libro de 2008 relevó información interna la misión de la ONU en Kosovo (Unmik) que hablaban de crímenes cometidos por el UÇK. Thaci los negó repetidamente, incluso en una entrevista con EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, en 2014.