Cataluña celebra este miércoles su primera Diada sin un presidente independentista al frente de la Generalitat, una jornada que se convierte así en el primer ‘Onze de Setembre’ del ‘post-procés’. Salvador Illase estrena como jefe del Gobierno autonómico en este día tan especial para los catalanes y completa una imagen que rompe con las que se han repetido desde 2012: no habrá representantes del Ejecutivo en la manifestación soberanista.
El relato entre la institución y la calle será esta vez dispar: si bien los actos orquestados por la Generalitat se basarán en el «sentir Cataluña», en busca de un carácter transversal, como el que ha imprimido Illa en su discurso en defensa de una Cataluña integradora ante la extrema derecha; las organizaciones independentistas clamarán por la autodeterminación y por la aplicación «completa» de la amnistía en una manifestación en la que se exhibirá un movimiento anclado en los recelos, totalmente dividido y pendiente de una renovación en los partidos que se dará en una retahíla de congresos este otoño.
Junts, de hecho, arranca la jornada con un manifiesto en el que responsabiliza a ERC de haber «roto de forma grave la posibilidad de mantener la unidad independentista a corto plazo» al haber votado a favor de la investidura de Illa, mientras su líder moral, el expresident Carles Puigdemont, permanece en Waterloo (Bélgica) tras su regreso y huida el pasado 8 de agosto. Y los republicanos, que celebran un acto propio, atraviesan una crisis interna tras el descalabro electoral y los polémicos carteles de los Maragall, que ha roto todos los puentes y ha terminado de hundir el tándem que los llevó a sus mejores resultados.
Oriol Junqueras pasará la mañana en Sant Boi de Llobregat, y Marta Rovira, estará en Suiza, pese a que ya pasa largas estancias en Cataluña tras el archivo del caso de Tsunami Democràtic, por lo que no habrá una fotografía conjunta y Marta Vilalta y Elisenda Alamany serán las encargadas de responder a las declaraciones de los posconvergentes. La CUP, como ya es habitual, marcará perfil con eventos propios, y deja en el aire su participación en los actos unitarios después de que el líder de la ANC, Lluís Llach, abriera la puerta a la participación de la extrema derecha de Aliança Catalana. Unas polémicas declaraciones que se suman al choque que mantiene con el nuevo president después de que tachara a Illa de «parafascista» y con ERC, a quien afea «no haber actuado como un partido independentista».
División en la manifestación unitariaLa jornada empezará con la ofrenda floral a Rafael Casanova, a la que se espera una comitiva de todas las instituciones y partidos -salvo PP y Vox-, continuará con el homenaje en Sant Boi de Llobregat, y con los soberanistas acudiendo al acto político de Òmnium Cultural. Por la tarde, bajo el lema ‘Volvemos a las calles’, se reunirán en cinco ciudades catalanas -Barcelona, Lleida, Tarragona, Girona y Tortosa- en unas manifestaciones descentralizadas, pero que pretenden ser unitarias, ya que han sido impulsadas no solo por la ANC, sino junto a Òmnium Cultural, la Associació de Municipis per la Independència (AMI), el Consell de la República, la Intersindical y el CIEMEN. La protesta se reparte por localidades los mensajes que serán la defensa de «vivienda digna y asequible», de la agricultura como «estructura de Estado», contra el «espolio fiscal que daña el sistema sanitario», contra el sistema de Rodalies «deficiente» y contra el desequilibrio territorial.
La marcha en Barcelona se clausurará con la lectura de un manifiesto acordado por las entidades en el que se palpa no solo la distancia entre partidos, sino también entre las organizaciones civiles y entre ellas y la línea institucional. El acuerdo es no salirse del guion, pero el día comienza con polémica por Llach.
Por su parte, el Govern y el PSC se volcarán con el acto institucional nocturno, que contará con la participación de los futbolistas del FC Barcelona, Lamine Yamal, y Aitana Bonmatí, y con las actuaciones de la Elèctrica Dharma, de Marina Rossell, de Rozalén y del ganador del concurso de TV-3 Eufòria, Lluís Sánchez, en las torres de Puig i Cadafalch de Montjuïc de Barcelona.
El ‘planning’ institucional fue diseñado por el Govern de ERC bajo el liderazgo de Pere Aragonès, pero el nuevo Consell Executiu no ha alterado la agenda ni el contenido al considerar que ya se ideó con la voluntad de incluir «a todos los catalanes». PP y Vox no acudirán porque consideran que la Diada «es una mentira, una celebración impostada, falsa y no arraigada en los catalanes».