La primavera en Cáceres se vive como una explosión de los sentidos y es una de las mejores épocas para conocer esta ciudad Patrimonio de la Humanidad. Cáceres, legendaria y monumental, ofrece su arquitectura e historia a cada paso: palacios, casas señoriales, iglesias, ermitas y conventos están esperando al visitante para permitirle un viaje de dos mil años muy cercano y accesible. Conocer una ciudad de estas características sin prisas y perderse en sus calles, plazuelas, callejones misteriosos, es definitivamente un lujo al alcance de todos.
La luz. Ese es otro de los atractivos. La primavera es proclive a cielos despejados durante la mañana. Por la noche, la ciudad se transforma en un refugio pensado para los románticos gracias a una iluminación de la ciudad monumental que la llena de encanto telúrico.
La Torre de las Cigüeñas.
/ Francis Villegas Y si se busca naturaleza, también se hallará en esta ciudad donde se llega andando a casi todos lados. Cáceres es una ciudad llena de espacios verdes: el Parque del Príncipe, el Parque del Rodeo, la Ribera del Marco e incluso el Centro de Interpretación de La Cueva de Maltravieso ofrecen en esta época del año un verdor inusitado e invitan al descanso bajo el sol en una temperatura ideal.
Cáceres vive con pasión su Semana Santa, Fiesta de Interés Turístico Internacional. Además de albergar obras maestras de la imaginería, cuenta con el Museo Helga de Alvear, la mayor colección de arte contemporáneo de Europa. Y cuando el viajero sienta la llamada del avituallamiento descubrirá que está de suerte, porque en Cáceres comer es una auténtica experiencia en cualquiera de sus establecimientos y si se puede hacer al aire libre, mucho mejor. ¡Feliz primavera en Cáceres!
