El coordinador general del PP, Elías Bendodo, aseguró ayer que «el peor» gobierno sería el de «24 partidos» con el PSOE y Sumar, del que opinó que «son 18 partidos, y cinco más» entre independentistas, nacionalistas y soberanistas, con los que cree que sería «imposible» gobernar y ponerse de acuerdo.
En una rueda de prensa en Marbella, añadió que todos «exigen vicepresidencias, ministerios, amnistía, referéndum o presupuesto» y, ante eso, defiende que «la vía correcta es la investidura posible» del candidato del PP a la Presidencia, Alberto Núñez Feijóo.
De las tres situaciones que se pueden producir en el actual panorama político, considera que un gobierno liderado por el PSOE con Pedro Sánchez es «el plan B de España» y que «todos los planes B son una chapuza».
Señaló que el partido que «ha perdido (las elecciones) quiere formar una mayoría que no tiene» y que Sánchez acudió a su encuentro con el Rey y «solo confirmó 152 síes», los del PSOE y 31 de Sumar, si bien consideró que dentro de esta última formación están los «cinco de Podemos que quieren tener voz propia».
Las otras dos opciones que ve son un bloqueo parlamentario por los partidos minoritarios e ir a una repetición electoral, que «no desea nadie», o un gobierno en solitario del PP con Núñez Feijóo, «solo con ministros del PP», un gobierno «de moderación, diálogo, de recuperación de los valores de la transición democrática», ha ensalzado Bendodo.
Este – subrayó- es el planteamiento que Feijóo impulsará en una ronda de contactos con los grupos políticos a partir de la próxima semana.
«En 45 años de democracia siempre el que gana las generales ha gobernado, otra cosa son los ayuntamientos y comunidades», recordó para añadir que Feijóo acudió a la ronda de contactos con el Rey con el apoyo de 172 diputados.
Bendodo sostuvo que «dialogar, negociar y pactar son tres fases» del proceso que pretenden culmine con la elección de Núñez Feijóo como presidente del Gobierno, mientras que ponderó que «un candidato tiene la obligación de acudir al diálogo parlamentario» por cuanto «el diálogo es sano y necesario».
«Hablar con todos no significa que vayamos a pactar con todos, no significa tragar con todos», prosiguió precisando que «las líneas rojas del PP siguen siendo las mismas», y con las cuales señaló a Bildu como el único partido que quedaría excluido de sus conversaciones exploratorias.
Ante las preguntas reiteradas de si esa interlocución comprende también a Junts, Bendodo apeló a «diferenciar dialogar, la negociación, el pacto y el acuerdo».
Cuestionado por si en las negociaciones con el PNV el Partido Popular accedería a hablar del traspaso de la Seguridad Social y con ello de las pensiones, el coordinador del PP respondió que «ni mucho menos estamos en esa fase», para reafirmarse en el argumento de que «insisto en el diálogo parlamentario sabiendo cuáles son las líneas rojas y a partir de ahí escuchar».
Ante la pregunta de una hipotética exigencia del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont de que el PSOE debería ir a Waterloo (Bélgica) para negociar con él, Bendodo aseguró que «si Puigdemont plantea que el PSOE vaya a Waterlo la pregunta se la debería hacer al PSOE, no a nosotros».
Málaga «necesita» a Feijóo Por su parte, la presidenta del PP de Málaga, Patricia Navarro, que compareció junto a Bendodo, afirmó que «Málaga necesita de manera urgente un Gobierno del PP, presidido por Alberto Núñez Feijóo, tras pasar cinco años en blanco, cinco años de absoluto olvido por parte del Ejecutivo central» y advirtió de que «esta provincia no aguanta ni un año más con un Gobierno de Sánchez».
Navarro destacó «el peso de Málaga en el conjunto del país» y lamentó que «Sánchez nos deje como la penúltima del país en inversión por habitante y mantenga bajo llave proyectos claves para el desarrollo de nuestra provincia». «Necesitamos un presidente con un proyecto común para España, que ahonde en las raíces los pilares de la Constitución y que conecte con las aspiraciones de elevar las cotas de bienestar y progreso de nuestro país», manifestó Navarro y lamentó que «el desprecio y la inacción de Sánchez hacia Málaga ha ralentizado las aspiraciones de esta provincia».