Después de casi 10 meses de bloqueo a la región del Alto Karabaj, de población mayoritariamente armenia pero dentro de territorio reconocido de Azerbaiyán, y con la tensión desbocada en las últimas semanas, Bakú ha lanzado este martes una campaña de bombardeos sobre Stepanakert, la capital de este territorio, y otras ciudades, según ha anunciado el Ministerio de Defensa azerbaiyano en un comunicado.
Durante las últimas horas, habitantes armenios de la región atacada —en situación de emergencia humanitaria por la falta de alimentos y medicinas en la región— han estado reportando en redes sociales los primeros ataques aéreos azerbaiyanos, realizados con artillería y aviones no tripulados.
«Hemos lanzado actividades antiterroristas para suprimir las provocaciones, y para desarmar y garantizar la extracción de las fuerzas armadas de Armenia de nuestros territorios. Como parte de nuestras medidas, posiciones del frente y retaguardia, y puestos de artillería, además de barracones, han sido incapacitados usando armas de gran precisión», ha dicho Bakú en un comunicado, en el que asegura que ninguna infraestructura civil será atacada.
Como en la guerra de 2020, Azerbaiyán, que dispone de una superioridad militar abrumadora, asegura que su ofensiva llega como respuesta a un pequeño ataque supuestamente armenio. Este martes por la mañana, según el gobierno azerbaiyano, una mina colocada por «saboteadores armenios» ha hecho estallar un camión civil en la región de Jozhavend. En esa explosión habrían muerto seis personas.
Una historia que se repite Desde hace más de un siglo, los dos países pugnan por la región del Alto Karabaj, una zona montañosa entre ambos Estados, aunque establecido como territorio dentro de Azerbaiyán durante la Unión Soviética. Con la disolución de la URSS y el nacimiento de las dos nuevas repúblicas del Cáucaso, estalló la primera guerra del Karabaj, que terminó en 1994 con victoria armenia y cerca de 30.000 muertos.
El conflicto vivió congelado hasta 2020, con la segunda guerra del Karabaj: esa, gracias al dinero extraído de las riquezas del subsuelo azerbaiyano, la ganó Bakú. Armenia cedió —por la fuerza o en el acuerdo de armisticio— todos los territorios que rodean el Alto Karabaj, e incluso la ciudad de Shusha, la segunda de la región.
Desde entonces, la tensión, con altos y bajos y el bloqueo de toda la zona, ha sido constante. «Según mis fuentes, las fuerzas azerbaiyanas están atacando en toda la línea del frente de guerra, lo que ha hecho que haya batallas en todos lados. Simultáneamente, artillería, cohetes y drones están atacando varios objetivos dentro o cerca de áreas civiles», ha asegurado el antiguo defensor del pueblo del Karabaj, Artak Beglaryan.
«Los reportes de las pérdidas de vidas azerbaiyanas en la explosión de una mina son trágicos —ha dicho Toivo Klaar, representante de la Unión Europea en el sur del Cáucaso—. Pero una acción militar solo empeorará la situación. Es necesario urgentemente un alto el fuego inmediato para que exista un diálogo genuino entre Bakú y los armenios del Karabaj, la única forma de conseguir una coexistencia pacífica».