Hace un año y un día se produjo una de las votaciones más relevantes de la legislatura, la elección de la Mesa del Congreso. Los nueve miembros que la componen tienen en sus manos la capacidad de marcar el rumbo de la política española. El 17 de agosto de 2023, el PP logró cuatro de esos asientos, el PSOE se hizo con tres y los dos restantes fueron para Sumar. Mayoría progresista. Cinco contra cuatro. Esa aritmética permite que, un año después, los dos partidos del Gobierno mantengan paralizadas más de 40 leyes, entre propias y ajenas, algo que denuncian los conservadores, aunque hay precedentes.
El reglamento de la Cámara Baja permite, porque así lo han querido siempre los partidos, decenas de trucos para que la mayoría parlamentaria tenga el control de la agenda legislativa. El más habitual es la prerrogativa de la que goza la Mesa del Congreso para ampliar hasta el infinito los plazos para registrar enmiendas a una ley. ¿Qué quiere decir esto? Que una vez admitida a trámite una norma, se inicia un periodo de quince días para presentar modificaciones -totales o parciales- y la Mesa puede prorrogarlo tantas veces como quiera. En la práctica, esto supone que la ley no se debata.
Actualmente, hay 45 normas en tramitación en el Congreso, pero muchas de ellas acumulan meses y meses de ampliaciones de plazo de enmiendas gracias al voto de PSOE y Sumar. Un ejemplo claro es la proposición de ley registrada por el PNV para modificar la ley de secretos oficiales. Fue aceptada a trámite a finales de febrero y desde entonces se ha prorrogado 15 veces el tiempo para registrar enmiendas a la totalidad.
Los más perjudicadosAunque los partidos del Gobierno mantienen paralizados muchas veces sus propios proyectos de ley a la espera de cerrar las negociaciones necesarias o de encontrar el momento idóneo para impulsarlos, los más perjudicados con esta práctica son los partidos de la oposición. En concreto, el PP. Los conservadores tienen 14 iniciativas en trámites y alguna de ellas lleva desde finales de 2023 con prórrogas.
«Hemos sido oposición firme al Gobierno, pero también hemos sido leales con los españoles haciendo propuestas. Han sido 14 las leyes que hemos traído al Congreso y al Senado y que todas ellas están ahora mismo paralizadas en la Mesa del Congreso por orden de [Pedro] Sánchez», ha denunciado este viernes la vicesecretaria de Organización Territorial del PP, Carmen Fúnez.
Además, ha criticado la escasa actividad legislativa de este primer año de legislatura, con solo cuatro leyes aprobadas -enseñanzas artísticas, amnistía, paridad e investigación de accidentes aéreos y marítimos- y la reforma de la Constitución para eliminar el término «disminuido». En julio, el Gobierno ya empezó a apretar el acelerador y aseguró que en septiembre mantendrá ese impulso.
Impedir los trucosAnte la mayoría del bloque de la investidura, el PP encontró en el Senado la vía para impulsar sus iniciativas. Gracias a su mayoría absoluta en la Cámara Alta, los populares han logrado que se inicie la tramitación de 12 proposiciones de ley. El problema está en que tras ser aceptadas por el Senado, estas deben ser debatidas en el Congreso y ahí, una vez más, la Mesa de la Cámara Baja puede bloquearlas indefinidamente.
Los populares quieren poner fin a esa situación y para ello están aprovechando la reforma del Reglamento del Congreso, impulsada por PSOE y Sumar para redactarlo con lenguaje inclusivo, para introducir un límite de ampliaciones al plazo para presentar enmiendas a las leyes que provengan del Senado. En concreto, quieren que no se extienda más allá de dos meses y medio. Lo mismo lo quieren aplicar a los reales decretos que se tramitan como proyecto de ley.
También quieren acabar con otro de los trucos habituales en la tramitación parlamentaria, la introducción de enmiendas que nada tienen que ver con el texto de la ley. Por ejemplo, PSOE y Sumar añadieron un artículo en la ley de paridad para eliminar la capacidad del Senado para vetar la senda de estabilidad. No obstante, resulta difícil creer que todos estos cambios vayan a materializarse porque nunca saben cuándo les podrá beneficiar a cada uno.