Agatha Harkness ha venido para rescatar a Marvel. Después de varios batacazos, tanto en la pequeña pantalla como en los cines durante el año pasado, en Marvel replegaron velas y empezaron a soltar lastre recortando el número de lanzamientos en cartera. The Marvels se estrelló en taquilla, Invasión secreta recibió por todas partes… Pero uno de los mayores varapalos llegaba con uno de sus proyectos más esperados (Daredevil. Born Again). La producción sufría un duro revés a finales del año pasado tras anunciarse el despido de sus principales creativos y que prácticamente se iba a tener que volver a rodar desde cero. El proyecto no solo suponía el regreso de la aclamada adaptación que ya llevara a cabo Netflix cuando era uña y carne con Disney, y con el título de una de las sagas del cuernecitos más aclamadas del cómic de los 80 de la mano de Frank Miller y David Mazzuchelli. Pero todas nuestras esperanzas se desvanecieron con este golpe de mano de la cadena. Muchos fans ya son escépticos con lo que pueda salir de este proyecto, para el que todavía no hay fecha de estreno.
De esta manera, el estreno de «Agatha, ¿quién si no?», un título centrado en un personaje totalmente secundario de la editorial, ha sido como un oasis en medio del desierto y ha recogido el testigo que había dejado a todos aquellos a los que el revés de Born Again había partido el corazón. Aunque se aleja mucho del ambiente callejero y urbano de Daredevil, con la serie Agatha, Disney ha recordado aquellos tiempos en los que el desembarco de Marvel en la pequeña pantalla era recibido con aplausos. Al fin y al cabo, esta serie era una secuela de Wandavision.
«Agatha, ¿quién si no?» ha venido a dar un balón de oxígeno a una Marvel en horas bajas, a pesar de que era un título del que tampoco se esperaba demasiado. Agatha no tenía el tirón que por ejemplo tienen otros pesos pesados de la editorial, como pueden ser Lobezno y Deadpool, que también acabó siendo el taquillazo que se esperaba. Buena parte del éxito de Agatha se ha debido al gran carisma de su actriz Kathryn Hahn que ya en sus primeras apariciones en Wandavision se convirtió en una robaescenas.
Uno de los secretos de la serie es que se aleja de los tópicos de Marvel y no estamos ante la clásica producción de superhéroes. Es posible que, de haberse llevado a la pantalla hace unos cuantos años, el personaje bien podría haber sido interpretado por la recientemente desaparecida Maggie Smith (Downton Abbey), mucho más parecida físicamente a la versión de papel. Agatha Harkness era la niñera de Franklin Richards, el hijo de Reed Richards y Sue Storm, el matrimonio que lidera Los cuatro fantásticos, el primer grupo de superhéroes creado para la naciente Marvel Cómics. Sus apariciones siempre auguraban un encuentro de los imaginautas con la magia. Su personaje murió en los cómics hace ya la friolera de veinte años a manos de Wanda, cuando el personaje se pasó al lado oscuro por un trauma que está íntimamente relacionado con el argumento de esta serie. Así que no es de extrañar que en la adaptación a la pequeña pantalla algo de ese mal rollo se haya trasladado.
De alguna manera, en estas adaptaciones el personaje de Agatha Harkness se ha encuadrado en el lado de los malos, aunque para mí nunca fue una villana. Esta faceta malvada la acercaría a la versión cinematográfica de Loki, como el malo en busca de redención. Dicen que en los cómics ha resucitado con un aspecto totalmente rejuvenecido, y, por tanto, más en línea con su imagen en la adaptación televisiva. Es una jugada que también se repitió en Madame Web. Aunque afortunadamente, el resultado no ha sido el mismo.
El primer episodio de la serie de Agatha Harkness arranca donde dejamos al personaje al final de Wandavision. Atrapada en esa especie de universo de bolsillo inspirado en las series de televisión más icónicas de cada década. Si en la otra serie veíamos homenajes a las sitcoms más clásicas, Agatha sigue reviviendo otros títulos emblemáticos y aquí parece estar en una especie de cruce entre Mare of Easttown o cualquier nordic noir al uso con unos toques a lo True Detective. Sin embargo, la showrunner Jac Schaeffer no se ha limitado a repetir la fórmula y cambia totalmente el escenario a partir del segundo episodio, en el que Agatha abandona Westview y reúne a un aquelarre de brujas en un viaje por la Senda de las Brujas, una especie de camino de baldosas amarillas en busca de su particular Oz. Las alusiones al campo mágico y místico de Marvel, la convierte en una serie que bien podría ser la repuesta de Disney a la adaptación del Sandman de Neil Gaiman en Netflix.
Entre el repertorio de personajes secundarios, destaca la presencia de Aubrey Plaza, que se dio a conocer como la becaria borde de Parks & Recreations, encarnando aquí a un misterioso personaje enemistado con Agatha y cuya identidad es uno de los spoilers de esta serie, que viene en la siguiente frase. Es ni más y menos que La Muerte. Un personaje que también procede de los cómics y que es la amada (que no novia) del mismísimo Thanos. En los tebeos, el motivo del chasquido del Titán Loco para acabar con la mitad del Universo es una muestra del amor que la profesa. Aunque en esta serie parece que encuentran sus propios motivos por los que jamás ese amor podría ser correspondido. La tensión sexual entre ella y Agatha es evidente, aunque sus personajes mantengan una rivalidad que se remonta a centenares de años atrás. Otro secundario destacado es el interpretado por Joe Locke, que alcanzó la fama con Heartstopper en Netflix, una historia del primer amor homosexual entre adolescentes, orientación sexual que también se mantiene en esta adaptación. Con las alusiones al mago de Oz y la incorporación de estos dos personajes, la serie hace de la causa LGTB+, lo que la convierte en objetivo en potencia de las comunidades de haters y trolls que pueblan las redes.
En este caso, la ventaja es que como Agatha Harkness es un personaje más secundario, los odios han sido mucho menos intensos que con otras producciones. Mientras que la showrunner ha podido contar con una libertad creativa mucho mayor. Es algo parecido a lo que ha pasado con la serie de El Pingüino en HBO Max. Hay que recordar la polémica que hará un par de años rodeó a la serie animada de Harley Quinn, cuando DC censuró una escena de Batman practicando sexo oral con Catwoman. Cuando el icono es demasiado grande, hay líneas rojas que las grandes productoras no están dispuestas a cruzar.
En plenos tiempos en los que Disney se lo piensa todo dos veces antes de aprobar un nuevo proyecto Marvel, ya hay dos relacionados con el personaje. Por un lado, la segunda temporada de esta serie, que se da por segura, aunque no se ha aprobado oficialmente y, por el otro, un nuevo título centrado en Visión, el novio androide de Wanda Maximoff, y que estará guionizada por Terry Matalas, uno de los artífices de la aplaudida tercera temporada de Picard. Agatha, ¿quién si no?» ha sido uno de esos éxitos que Disney necesitaba y todo apunta a que una de nuestras brujas favoritas está dispuesta a que continúe la magia.