El consorcio Magyar Vagon ha tomado la decisión de retirar la oferta pública de adquisición (opa) lanzada sobre Talgo tras el veto del Gobierno a la operación anunciado el pasado martes por motivos de «seguridad nacional» y de «orden público». Esta determinación llega después de que la compañía, participada en un 45% por un fondo estatal de Hungría y el 55% restante por inversores privados, celebrase este jueves por la tarde un consejo de administración en Budapest, según fuentes cercanas a la compañía.
Sin embargo, Magyar Vagon deja claro que mantendrá su ofensiva judicial contra el Ejecutivo español, considerando que su decisión no se ajusta al derecho de la Unión Europea, que recoge la libre circulación de capitales. Por este motivo, en las próximas semanas iniciarán las acciones pertinentes y dejan la puerta abierta a volver a lanzar una opa sobre Talgo en el futuro. La comunicación oficial está pendiente de su publicación ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El primero paso que podría llevar a cabo el consorcio húngaro sería interponer un recurso potestativo de reposición ante el Consejo de Ministros en el plazo de un mes para posteriormente presentar un contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional y/o el Tribunal Supremo. Magyar Vagon también cuenta con la posibilidad de demandar ante la Comisión Europea al Gobierno por vulnerar el derecho comunitario, aunque su resolución no sería vinculante y terminaría siendo firme una vez se pronuncie el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, tal y como ha detallado este jueves este periódico.
Talgo, libre para negociar otra opaLa decisión de Magyar Vagon de retirar la opa permite al consejo de administración de Talgo y a su principal accionista, el consorcio formado por el fondo británico Trilantic, el empresario Juan Abelló y la familia Oriol, negociar con nuevos inversores una nueva operación de estas características. Mientras la oferta húngara se mantuviese en vigor, los órganos directivos del fabricante debían mantenerse en posición neutra, tal y como regula la ley de opas. Además, cualquier inversor si se lanzase a formular una ‘contraopa’ debía hacerlo por un importe superior a cinco euros (el precio pactado por Magyar Vagon), algo que ya no sería necesario.
También, si Trilantic y el resto de accionistas lo considerasen, podrían iniciar conversaciones y negociaciones con Skoda Transportation para avanzar en una combinación industrial, oferta propuesta hace solo un mes esta empresa checa, pero rechazada por Talgo al ser menos ventajosa que la opa en vigor. A pesar de que esta opción puede adquirir interés en las próximas semanas, la motivación final del principal partícipe de la ferroviaria es desinvertir y vender su posición, no seguir como accionista en una hipotética sociedad fruto de una fusión.