A comienzos de abril, cuando confirmaba su candidatura a unas elecciones que no se esperaban tan pronto, Yolanda Díaz aseguró que quería ser «la primera presidenta de España». Lo hizo en el madrileño polideportivo de Magariños. Casi cuatro meses después y con unos comicios generales a la vuelta de la esquina lo ha vuelto a repetir, aunque con un matiz: «Quiero ser la primera presidenta verde de mi país. Verde, porque esto es muy importante. Quiero ser presidenta verde para cambiar la vida de la gente».
Con el feminismo, la reducción de la jornada laboral y el ecologismo como bandera, la vicepresidenta segunda ha acudido este sábado a Orcasitas, uno de los barrios de la capital madrileña con la renta media más baja. Bajo un árbol, en la plaza de la Asociación, la también ministra de Trabajo ha puesto el acento en la ola de calor que se está viviendo en España estos días. En Madrid se espera que se alcancen hoy los 37 grados. «Una ola de calor que tiene un nombre, se llama, cambio climático. Tiene que haber justicia climática. Nos morimos», ha sentenciado Díaz.
«Necesitamos actuar, tener refugios climáticos, que las escuelas estén climatizadas, que las residencias que vosotras reclamáis estén climatizadas, que se pueda vivir con dignidad», ha continuado la líder de Sumar antes de recordar que ella misma legisló para prohibir los trabajos al aire libre cuando la Agencia Estatal de Meteorología declarase la alerta roja o naranja por calor. «¿Qué le pasa a la derecha española con los árboles, que empeño tienen con talar todos los árboles de nuestro país?», se ha cuestionado.
Otras propuestas Además de reivindicar la faceta más ecologista de su proyecto, Díaz ha insistido en una de las que serán sus medidas programáticas estrellas, la reducción de la jornada laboral. La vicepresidenta segunda propondrá que en 2024 se establezca por ley que la jornada laboral de 40 horas semanales se reduzca a 37,5 y, después, de manera «progresiva», se siga trabajando con los agentes sociales para llegar a las 32 horas semanales. Díaz ha recalcado que esta rebaja no deberá conllevar en ningún caso una «reducción salarial».
Por otro lado, ha recordado que entre sus propuestas está la aprobación de un bono de emergencia para los hogares más afectados por la subida de las cuotas hipotecarias que sería de 1.000 euros.
