Un vendedor de boletos de lotería aclamado como un buen samaritano hace 11 años por aparentemente intentar rastrear al dueño de un boleto ganador no reclamado por un valor de € 4,7 millones (£ 4,05 millones) se enfrenta a una posible sentencia de cárcel de seis años por cargos de estafa al propietario legítimo. de sus ganancias.
La policía alega que Manuel Reija González, un vendedor de boletos en la ciudad de A Coruña, en el noroeste de España, le dijo al ganador de la lotería sorteada en junio de 2012 que su boleto valía poco más de un euro y luego, con la ayuda de su hermano, que trabajaba para la lotería nacional, intentó cobrar el billete él mismo. Ambos hermanos han negado haber actuado mal.
El boleto no reclamado era noticia nacional en ese momento y Reija fue elogiado cuando dijo a los medios que después de encontrar el boleto, estaba tratando de localizar al ganador en lugar de reclamar el dinero para sí mismo.
Sin embargo, las autoridades de la lotería sospecharon de la versión de los hechos de Reija y se inició una investigación. La autoridad local instigó una búsqueda de objetos perdidos para encontrar al dueño legítimo del boleto ganador. Un total de 317 personas de toda España afirmaron ser el ganador pero todas las afirmaciones resultaron ser falsas.
Un juez ordenó a la policía que investigara a Reija por un posible fraude, pero los investigadores, encabezados por el inspector jefe José Manuel López, también estaban decididos a localizar al legítimo ganador.
Hay varias loterías en España. La lotería en cuestión, que se realiza dos veces por semana, se conoce como la primitiva. Para una apuesta pequeña, los apostadores seleccionan seis números de 49 posibles. Si no hay un ganador, la lotería se acumula hasta el siguiente sorteo.
La policía descubrió que alguien en A Coruña había estado usando la misma combinación de números durante un largo período de tiempo. Una combinación idéntica surgió en las oficinas de loterías de los destinos vacacionales de la Costa del Sol y de Mallorca.
“Llegamos a la conclusión de que se trataba de una persona con mucho tiempo libre que se tomó las vacaciones de Navidad y Semana Santa en un lugar cálido, probablemente un pensionado”, dijo López.
A través del Imserso, organismo estatal que organiza las vacaciones de las personas mayores, la policía localizó a una mujer cuyos movimientos se correspondían con la venta de entradas. Se supo que ella era la esposa del comprador del boleto, quien había muerto en 2014.
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En una audiencia preliminar en A Coruña, la fiscalía exigió una sentencia de seis años para Reija -a quien se alega intentó cobrar el boleto en seis ocasiones distintas- y su hermano por cargos de lavado de dinero y engaño, y dijo que las ganancias deben ir a la viuda e hija del legítimo ganador.
Los oficiales recibieron la medalla al mérito policial por su investigación para establecer la identidad del titular de la multa.