Aún impactada por el caso Pelicot, que supuso una condena de 20 años de cárcel para Dominique Pelicot por sedar y violar a su esposa Gisèle junto a más de 50 hombres, Francia se prepara parar vivir otro macrojuicio por violencia sexual. En este caso, será el mayor proceso judicial por pederastia. El procesado es el cirujano Joël Le Scouarnec, acusado de abusar de casi 300 niños, entre 1989 y 2014, en su mayoría pacientes que en el momento de los hechos se encontraban dormidos. El juicio arrancará el proximo 24 de febrero en Vannes y se alargará hasta junio.
“Dada su importancia, su complejidad y el número de víctimas, este procedimiento ha sido calificado de extraordinario por la dirección de los servicios judiciales del Ministerio de Justicia”, ha manifestado el procurador de Lorient, Stéphane Kellenberger, que ha dado algunos detalles del auto de procesamiento, de más de 700 páginas, de un caso que se convertirá en el mayor proceso judicial de pederastia de Francia en los últimos años.
Le Scouarnec, de 73 años, que en estos momentos cumple una condena de 15 años por abusar de cuatro menores, trabajó durante años en distintos hospitales de Francia en los que entró en contacto con cientos de víctimas, en su mayoría niños de 11 años. En este nuevo caso, está siendo procesado por violar a “158 niños y 141 niñas, 256 de ellas menores de 15 años”.
30 años de impunidadA pesar de varias denuncias de compañeros de trabajo y de una primera condena en 2005 por posesión de pornografía infantil, durante casi 30 años el cirujano permaneció fuera del radar de la justicia, puesto que muchas de las víctimas no tenían constancia de las violaciones, al haber sido abusadas bajo los efectos de los sedantes proporcionados por el médico. “El acusado se benefició de la impunidad del silencio, esto debe parar”, ha afirmado la abogada de una de las víctimas de Scouarnec, Francesca Satta, en Telegrame.
Según las autoridades, durante meses de interrogatorios el acusado reconoció su implicación en todos los hechos de los que se le acusan: «Explicó sus métodos de operación, la determinación de sus acciones, así como las precauciones que tomó para no correr el riesgo de ser descubierto», ha explicado el procurador este lunes ante la prensa.
Víctimas menores de 11 añosEn 2004, el FBI contactó con las autoridades francesas tras detectar que el cirujano había utilizado su tarjeta de crédito para comprar contenido pornográfico infantil en una web rusa con sede en EEUU. Por ese motivo estuvo bajo custodia policial durante un periodo corto de tiempo. Un año más tarde fue condenado por estos cargos a cuatro meses de prisión, pero sin suspensión de oficio.
Tras este episodio, su mujer “se distanció” de él, pero ni se divorció ni, si conocía los hechos, los denunció ante la policía. En las notas encontradas en el ordenador de Le Scouarnec, que se dedicaba a documentarlo todo, él mismo escribió en 1996: “Ella lo sabe”.
Según el medio francés ‘FranceBleu’, en 2006, tan solo un año después de ser condenado por posesión de material pedófilo, uno de sus colegas lo denunció frente al consejo departamental de los médicos de Finisterre. Este organismo recibió el extracto de antecedentes penales del médico y, a pesar de ello, no se tomaron medidas para alejarlo de los pacientes menores que trataba.
Hasta 2017Durante años, el médico siguió trabajando en hospitales y haciendo vida normal hasta 2017, cuando una vecina lo denunció por atacar a su hija de 6 años a través de la valla del jardín. Fue entonces cuando se destapó el caso. En el registro de su casa, la policía encontró miles de archivos de violaciones y agresiones sexuales, así como 300.000 fotografías y vídeos de pornografía infantil. “En casa de Joël Le Scouarnec se hallaron cuadernos que describen cosas absolutamente abominables”, ha explicado el procurador. El detenido, al igual que en el caso de Dominique Pelicot, se encargaba de documentarlo todo en cuadernos, dejando rastro de los abusos que cometía mientras trabajaba como cirujano.
El 3 de diciembre de 2020 fue condenado a 15 años de prisión por violación y agresión sexual a cuatro menores. Entre ellas, sus dos sobrinas, de las que abusó en 1980. Tras esta condena, las autoridades siguieron con la investigación, la cual duró siete años y les llevó a casi 300 víctimas de violaciones.