Leonor García-Agua nace en el pueblo malagueño de Cártama. Su infancia y adolescencia se desarrollan creciendo junto a la fábrica de embutidos de sus padres, lo que siempre la vinculó en un segundo plano con el mundo rural y el sector primario.
Aunque su formación académica la llevó a ejercer como abogada y montar su propio despacho, uno en Cártama y otro en Málaga capital, su vida da un giro de 180 grados cuando comienza su andadura en política. Leonor fue alcaldesa de Cártama y, más tarde, ejerció como diputada en diferentes áreas de la Diputación de Málaga. Sin embargo, su pasión por impulsar y proteger el sector primario malagueño marcó un antes y un después en su trayectoria, formando parte del nacimiento de la marca Sabor a Málaga.
Hoy, tras casi una década como directora de esta marca promocional, sigue trabajando con el mismo entusiasmo por llevar los productos malagueños tan alto y lejos como sea posible, enfrentando nuevos retos cada año con la ilusión del primer día.
¿Cuál es la visión principal detrás de Sabor a Málaga y cómo ha evolucionado desde su creación?
La marca Sabor a Málaga ha evolucionado muchísimo. Cuando comenzó el boceto del proyecto trabajábamos un poco a ciegas, ya que no conocíamos de primera mano las verdaderas necesidades de los productores. Así comenzaron las reuniones de trabajo con ellos, conocidas como ‘Mesas de Campo’. En estas reuniones comenzamos a comprender sus inquietudes y demandas.
Este es un proyecto, como a mí me gusta denominarlo, de tierra, mar y aire. Esto significa que la marca, desde un primer momento, se creó para ellos, comprendiendo lo que el sector primario malagueño quería y necesitaba.
La marca ha evolucionado siempre con unos pilares firmes y unos objetivos claros, como son la promoción y la puesta en valor de todas esas familias que trabajan en estos sectores día a día, darlos a conocer y que puedan crecer y expandir sus empresas y productos.
¿Qué impacto tangible ha tenido en la promoción de los productos agroalimentarios de la región?
Este impacto se demuestra en como empresas familiares y artesanas que comenzaron hace un tiempo a trabajar junto a la marca Sabor a Málaga, ahora son empresas fuertes, con proyectos innovadores, que ofrecen puestos de trabajo y con objetivos cada vez más grandes.
Esto es un verdadero orgullo para nosotros. Hablamos de ver como ‘tus niños pequeños’ van creciendo en formación y riqueza en sus localidades de una manera constante. Sabor a Málaga ha conseguido aportar riqueza a través de sus propios productores locales, quienes gracias a la promoción y ayuda de la marca no han tenido que abandonar sus hogares o buscarse un futuro lejos de sus tierras.
«El desafío más importante es introducirnos en la hostelería y la restauración para cerrar el círculo. Nos encantaría que estuvieran los productores y sus productos, y aquellos que lo ofertan, las manos que lo sirven al público» / l.o.
¿Qué tipo de apoyo ofrece la marca a los pequeños productores y artesanos locales?
El apoyo es mayoritariamente promocional. Nuestro objetivo es poner en valor a los productores y sus productos, hacerlos visibles en el mapa, tanto a nivel nacional como internacional. Existen productos en Málaga que no conocíamos antes de que existiera Sabor a Málaga. Somos un verdadero paraíso de vinos, quesos, aceites y un sinfín de productos más que, gracias a esta promoción, cada día llegan a más lugares.
¿Cómo afronta Sabor a Málaga el desafío de expandirse a mercados internacionales sin perder su esencia local?
Esta es la clave de la cuestión. Siempre hay que mantener esa esencia artesana del producto. Es cierto que también contamos con empresas grandes adheridas a Sabor a Málaga con una producción más industrial. Pero son muchas las ciudades europeas que cada vez se interesan más por el producto artesano malagueño, aunque no puedan demandar grandes cantidades. No les importa, lo quieren a toda costa, ya que no hablamos de la cantidad, sino de la calidad de estos productos. Llevamos 4 años trabajando en la promoción de nuestros productos malagueños en diferentes ciudades europeas, también hemos tocado Dubái y zonas de Arabia. Y en este año 2025, nos vamos a enfocar en varios puntos concretos, como son Colombia, Perú y ciertas ciudades de Italia. ¿Por qué nos centramos en esas zonas? Porque así nos lo han hecho saber ellos mismos, y nosotros atendemos sus necesidades.
¿Qué criterios deben cumplir los productos para ser reconocidos bajo el sello Sabor a Málaga?
Lo principal es tener un registro sanitario malagueño. El producto debe ser elaborado en Málaga o transformado en Málaga, como el café o el chocolate. Por su parte, los restaurantes tienen otros requisitos para formar parte de la marca. Por ejemplo, tienen que utilizar productos de Sabor a Málaga, sobre todo vinos, aceites y quesos malagueños
¿Qué diferenciación pueden encontrar los consumidores en los productos SAM con respecto a otros productos agroalimentarios?
Saber que cuando te comes ese producto estás verdaderamente saboreando la tierra o el mar de Málaga, que hay una familia detrás poniendo todo su amor, su esfuerzo y trabajo para crear el mejor producto posible, sano y de gran calidad.
El producto debe ser elaborado en Málaga o transformado en Málaga. Los restaurantes tienen otros requisitos¿Qué papel juega la colaboración con el sector hostelero y el turismo en la estrategia de la marca?
Siempre hemos estado trabajando también en esta faceta. Es un sector complicado, pero en los últimos años hemos conseguido dar ese salto a hoteles potentes como el Meliá Don Pepe de Marbella, la cadena Vincci, o varios hoteles de Málaga. Estos están reconociendo ahora la importancia que tiene dar ese paso para que el turismo valore nuestros productos agroalimentarios.
¿Qué iniciativas lleva a cabo Sabor a Málaga para educar al consumidor sobre la importancia de consumir productos locales?
Siempre hemos creído que lo más importante es comenzar por los más pequeños, por los consumidores futuros. Hacemos muchos talleres en colegios, pero también jornadas y seminarios a través de rutas gastronómicas para acercar nuestros productos a todo mundo. A esto se suma todo lo invertido en publicidad, nuestra nueva página web y demás proyectos.
¿Cuáles son los principales objetivos y desafíos para Sabor a Málaga en los próximos años?
El desafío más importante es introducirnos en la hostelería y la restauración para cerrar el círculo. Nos encantaría que estuvieran los productores y sus productos, y aquellos que lo ofertan, las manos que lo sirven al público. Productos como el vino o el queso ya está muy asentados, pero hay que seguir apostando por más productos, y por eso, en este 2025, vamos a impulsar una campaña muy fuerte para con la restauración. El objetivo es que cuando nos sentemos en una mesa tengamos la tranquilidad de que todo lo que vamos a consumir está elaborado por nuestros vecinos.