Tal como hizo la Unión Soviética en su día, Rusia quiere ser un referente de la carrera espacial y este viernes se propone hacer historia convirtiéndose en el primer país que logra aterrizar con éxito en el polo sur de la Luna, la nueva tierra prometida de la exploración espacial. El objetivo: apuntarse un tanto geopolítico y extraer agua. En la actualidad, el rival a batir es India, país con el que se disputa la hazaña.
Moscú tiene previsto que la sonda robótica la Luna-25 salga de la superfície terrestre a las 02.10.57, hora de Moscú (una hora menos en España), con la misión de aterrizar cerca del cráter Bogulawsky, una depresión en el lado septentrional del cuerpo celeste de 97 kilómetros de diámetro. El programa lunar ruso permanecía suspendido desde 1976, cuando el país aún era la Unión Soviética. Tras despegar del cosmódromo ruso de Vostochni, la misión tardará cinco días en alcanzar la órbita lunar, en la que permanecerá cerca de una semana antes de intentar aterrizar en el polo sur, informó Roscosmos, la agencia espacial rusa.
Pulso con India Aunque las relaciones entre Nueva Delhi y Moscú son buenas, en el ámbito espacial se han vuelto rivales. Pese a que India envió su nave 28 días antes respecto a su homóloga rusa, esta última previsiblemente llegará antes. Según cálculos de Roscosmos, el aterrizaje se producirá entre el 21 y el 23 de agosto. Nueva Delhi lanzó su misión espacial Chandraayan el pasado 14 de julio, ingresó en la órbita lunar el 5 agosto y está previsto que, como muy temprano, alunice el 23 de este mes. India sería el cuarto país que consigue llegar al satélite terrestre, después de la propia Rusia, Estados Unidos y China. Esta última consiguió aterrizar en la cara oscura de la Luna en 2019, siendo el segundo país que lo lograba.
El proyecto ruso en la Luna está previsto que sirva para probar nuevos métodos de alunizaje y tomar muestras de la superficie del satélite. Se trata de un proyecto a largo plazo, mientras que el indio será mucho más breve, de unos 14 días terrestres, lo que dura un periodo de luz lunar. Los dos aparatos llegarán a partes distintas del polo sur lunar.
De la cooperación a la competencia Además de rocas de diferentes tipos, la misión rusa también podrá extraer hielo de la banquisa selenita, convirtiéndose en los primeros que podrán examinar dicha agua. Durante las era soviética Moscú ya envió 24 dispositivos a la superfície lunar, en pleno marco de la Guerra Fría, mientras competía con la NASA en la carrera espacial. Está previsto que en el futuro se envíen las misiones Luna-26 y Luna-27.
La difiícil relación actual entre Moscú y los países occidentales ha acentuado la competición espacial entre ellos y ha dinamitado la tónica anterior al conflicto con Ucrania, en la que cooperaban en diferentes proyectos.