Caía la noche y las camisetas amarillas de la UD Las Palmas se mezclaban con las miradas de nervios y emoción de los asistentes de uno de los conciertos más esperados del año. Siete Palmas era este sábado 11 de marzo una marabunta de gente que se mecía al ritmo de sus pasiones.
Música que te hacía saltar, orgullo canario y juventud: así se puede resumir el primer show de la primera gira, Donde quiero estar (DQE Tour), de Pedro Luis Domínguez Quevedo en el Gran Canaria Arena de Las Palmas de Gran Canaria.
Como no podía ser de otra forma y aludiendo al título de su primer disco, Donde quiero estar, este espectáculo de inauguración se celebró en ese sitio al que vuelve «a coger aire», como definía a su isla hace unos días en la entrevista que publicaba este periódico. Su tierra, a la que llegó cuando tenía cinco años desde Brasil y de la que no se quiere ir. Su tierra, que anoche lo recibía entre los gritos emocionados y aplausos de un público de todas las edades que llegaba al recinto arropado por la bandera blanca, amarilla y azul como parte de su vestimenta. Porque Quevedo, además de música, también es canariedad y un lazo entre las generaciones de los más pequeños y los más grandes.
Prueba de ello son las hermanas de siete y 12 años, Alba y Aitana, que en casa bailan hasta la extenuación sus canciones en el salón y a las que los Reyes Magos les regalaron las entradas. «Tengo en casa a dos súper fans de Quevedo. Cuando sacó la canción de Cayó la noche, empezó todo. Aitana todas las noches se acuesta y dice: ‘Alexa, pon Quevedo’ y puede estar sonando hasta la una de la mañana. Esto es una fiesta todas las noches y los fines de semana ni te cuento, porque ya subimos el volumen», contaba Erika Henríquez, la madre de las dos pequeñas.
Pequeños con sus padres y madres y también adolescentes: chicos y chicas de entre 15 y 20 años que estuvieron haciendo cola durante varias horas para conseguir un buen sitio en la pista y poder bailar en primera fila todas las canciones.
Jugando en casa Entre pancartas en las que se leían consignas como La isla se robó el show y mientras se apagaba las luces y la gente se acomodaba en sus asientos, aparecía en el escenario el cantante grancanario y amigo de Quevedo, Lucho RK, que dedicó uno de sus temas a La Pantera y que, gracias a la buena acogida que recibió, decidió obsequiar al público con el remix inédito de Cosas locas en el que ha estado trabajando recientemente con Danny Romero y que el próximo 17 de marzo verá la luz. «Prepárense para un día que va a ser historia en esta Isla», sentenció haciendo alusión al concierto antes de desaparecer entre la multitud.
Ruido de tambores. Una marea de móviles grabando iluminaba el Gran Canaria Arena mientras Quevedo aparecía vestido completamente de blanco y sonaba Ahora Qué, la segunda canción del nuevo disco. «Buenas noches Gran Canaria, hoy sí que jugamos en casa». Gritos de la multitud.
Como ya avisaba el artista antes del espectáculo, la noche estuvo llena de sorpresas. La primera tuvo lugar durante la tercera canción, Piel de cordero, cuando La Pantera se subió al escenario. También apareció Juseph, que acompañó al cantante durante las canciones Chamaquita y Yatekomo. «No puedo más, me voy a poner a hacer deporte», dijo exhausto Quevedo entre risas al terminar de cantar Yankee y antes de dar paso al siguiente invitado, el productor Ovy on the drums, que lo acompañó durante Sin señal bailando en el escenario.
Ricos en potasio Otra de las sorpresas de la velada tuvo lugar durante la canción Dame, cuando de repente Omar Montes se subía, también de blanco, al cuadrilátero del Gran Canaria Arena. «Nosotros somos ricos, pero ricos en potasio», dijo Montes al finalizar el tema mientras tiraba un plátano al público.
Quevedo siguió saltando en el escenario al ritmo de Cuéntale, canción tras la cual preguntó por el resultado del UD Las Palmas – Málaga mientras todo el mundo se sumaba al «pio pio» y al «a por ellos oe oe». A los cánticos le siguió Muñeca y de repente, oscuridad total. Quevedo desapareció dejando al público llamando a su productor más fiel: «Linton, Linton, Linton».
Piano sobre el escenario, Linton comenzó a tocar la melodía de Me falta algo, otro de los temas de Donde quiero estar. Quevedo aparecía de nuevo, está vez más solemne, vestido entero de negro, atuendo con el que continuó el concierto con temas como Ahora y Siempre.
Tras esta mítica canción, llegó uno de los invitados más aclamados de la noche: Maikel Delacalle, junto al que Quevedo cantó una versión inédita de la canción Mi nena, un remix que todavía no ha visto la luz en las plataformas musicales. Éramos dos, Wanda, Si quieren frontear, Playa del Inglés… Cada canción, desde la más antigua hasta la más nueva, fue recibida con una avalancha de aplausos.
De Gran Canaria «pal mundo entero» Una de las novedades de este show -tal y como ya adelantaba el cantante en Instagram hace unos días- es que su primer merchandising oficial por fin veía la luz: camisetas, sudaderas o pegatinas con su nombre o el título de su último trabajo, que irán desde el Gran Canaria Arena «pal mundo entero», como escribía Quevedo en su cuenta de esta red social.
Tras el éxito del concierto de este sábado lleno de sorpresas para sus incondicionales, tanto de artistas como de canciones, Quevedo continuará su gira DQE Tour en territorio peninsular, pasando por Barcelona, Madrid, Sevilla, Pamplona y el País Vasco.